LA TRIBU

Una semana

Recuerdo mañanas de salida de las carretas, hace más de treinta años, charlando con Antoñita Colomé o con Esperanza la del Maera

Manuel Pareja-Obregón ABC
Antonio García Barbeito

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Mi amigo Enrique me manda un audio con unas sevillanas inolvidables, escritas, compuestas, cantadas y acompañadas al piano por aquel genio que se llamó Manuel Pareja-Obregón. Manolín, como le decían cariñosamente, tenía a Triana entre sus debilidades, y se le notaba todo lo que tenía que notársele, y se le notaba exageradamente «cuando paso por el Puente, / Triana, / contigo, vida mía…» Y faroles en el Río, y Santas Justa y Rufina, y El Cachorro, y La Estrella… Aquello sí que era saber medir letra y saber medir música; si siete por cinco, siete por cinco; si octosílabos, octosílabos, y no como algunas composiciones que han salido de chiquero con la letra escobillada o la música doblando las manos. No sé los años que tienen estas sevillanas de Manolín Pareja, pero no menos de cuarenta. Cuando las he oído, el tiempo se ha ido al Altozano a ver el ambiente rociero del barrio más pueblo del mundo: «Cuando falta una semana / pa salí de romería, / en el barrio de Triana / hay rotura de alcancías…»

Que llegó la hora, que nos vamos pal Rocío y ahí se quedáis, y hay que romper las alcancías y hay que rebuscar —nunca se sabe— en los colchones, y en los calcetines, y bajo el ladrillo, y no se debe contestar si a la puerta llama el ditero, que «María Pepa y Sebastiana, / Baldomera y Rosalía, / andan locas por Triana / preparando la comía…» Que así era, y así llegamos a verlo. ¿Y qué llevan en las carretas? Pues «hay bandejas de pestiños / con bolitas de colores, / mortadela pa los niños / y jamón pa los mayores…» El jamón me parece que entraba más en la letra que en los papeles del costo; más me creo que fuera verdad la cita líquida: «Dos barriles siempre lleva / en su coche don Vicente, / con mosto de Villanueva / que pone el cuerpo al corriente…» Hacían lo que tuvieran que hacer, pero las vecinas del barrio no se perdían la romería: «Las vecinas han sacao / del empeño sus collares, / los zarcillos plateaos / y los trajes de lunares…» Ay, el barrio, único. ¿Y pueden ir, tienen dinero para ir? «Y dice Juana la sorda, / mientras plancha su vestío, / ‘no tenemos una gorda / pero vamos al Rocío’». Triana. Recuerdo ahora mañanas de salida de las carretas, hace más de treinta años, charlando con Antoñita Colomé o con Esperanza la del Maera, delante de la farmacia de Murillo, y hasta allí llegaba el hervidero que venía por San Jacinto. La alegría, la sencillez de la gente sencilla que ponía cadenetas de coplas y de gracia trianera. Y después, por Castilla, y ya mirando la vega y el Aljarafe. Lo recuerdo hoy, con la voz de Manolín Pareja, «cuando falta una semana / pa salí de romería…»

antoniogbarbeito@gmail.com

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación