EL RECUADRO

El premio sanseacabó

Unos veteranos curristas hemos decidido crear el Premio Sanseacabó a la faena taurina más corta y menos aburrida de la Feria

Los premios deben apostar por la calidad, destacando, por ejemplo, las buenas faenas taurinas VANESSA GÓMEZ
Antonio Burgos

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Como aquello de «En Madrid/cuando las 8 dan,/o das una conferencia/o te la dan», aquí habría que inventar otros versillos: «En Sevilla/cuando acaba la Feria,/o te dan un premio taurino de cachondeo/o te lo da una gente seria». ¡Vengan premios! Y eso que cuando escribo aún falta por salir de este bombo como de Lotería de Navidad el segundo premio: los galardones del Cortinglés. Y más premios que vendrán. Ya dije que aquí te descuidas y te dan un premio taurino. Hasta el punto de que yo creo que al toro «Orgullito» no lo crió don Justo Hernández en su ganadería de Garcigrande, sino que pastó en las dehesas de La Bruja de Oro, que es la administración de loterías que da más premios.

En estos días no hay conocido al que intentes citar para algo y te diga:

—Perdona, pero a esa hora y ese día no puedo, porque tengo la reunión de un jurado taurino.

Y si eres del Gremio Hispalense de los Pintamonas, te entra un complejo... Como yo no lo soy (ni Dios lo permita), me da igual: que se reúnan lo que quieran y que premien lo que les venga en gana a todo lo que se haya movido sobre el albero de la plaza de toros de Sevilla. Digo yo, por ejemplo: el empleado de la plaza que, a pulso, con una regadera de pintura roja, vuelve a dibujar las dos rayas de picadores cuando han arrastrado el tercero, ¿no se merece que le den el premio taurino «Pintor Que Pintas con Amor»? ¡Qué puntería, ni una gota de pintura roja fuera de raya, y a pulso! ¿Por qué no le encarga la Real Maestranza de Caballería el cartel taurino de la próxima temporada? Pintores con menos mérito que el señor de la regadera de pintura roja han hecho ese cartel y han trincado la tela maestrante. Seguro que el de la regadera hace un mamarracho mucho mejor que todos los elegidos hasta ahora. ¿Y el arenero del escobón que durante el arrastre va corre que te pillo tras la penca del rabo del toro, detrás del tiro de mulillas y a su misma velocidad de latigazos, para alisar el albero? ¿Por qué no le damos a ese empleado el premio «Solano de las Marismas», por cómo alisa las arenas de las marismas de albero del Arenal? Que por cierto es lo más curioso del mundo: el pisoplaza de todos los cosos suele ser de arena, ¿no? Menos en El Arenal, que es de albero.

Hartos de coles y muertos de risa ante tanta ridiculez de cuatro amiguetes aficionados desde ayer por la mañana reunidos para conceder un premio taurino, unos cuantos curristas de la antigua observancia hemos dicho que no vamos a ser menos, y en honor del Faraón de Camas hemos decidido para la próxima temporada levantar un premio en forma de pirámide, basado en una palabra mágica que Romero pronunció una tarde memorable de inspiración oratoria en un acto de la Fundación Heliópolis. Hartos de tanto premio de chichinabo para que los del jurado pinten la mona, unos veteranos curristas hemos decidido crear el Premio Sanseacabó a la faena taurina más corta y menos aburrida de la Feria. Da igual cómo haya sido y cómo haya matado, no nos vamos a meter, querido Ignacio Sánchez Mejías, en los alberos movedizos de las segundas orejas y los bajonazos. Si mata bien o mal, si lo pincha o no, nos da igual. Lo que nos importa es que el diestro premiado no haya aburrido a las ovejas, ni se haya la gente hartado de comer pipitas ante tantas adocenadas docenas de muletazos. Si son veinte muletazos y una estocada hasta la bola, mejor para nuestro Premio Sanseacabó. Pero si le toca al diestro un zambombo ilidiable y corta por la calle de enmedio, lo para de pitón a pitón, lo cuadra y le pega media que basta, también nos vale. Nuestro premio es contra el tedio y el aburrimiento de unas faenas que parecen hechas con fotocopiadora, todas iguales, tanto péndulo y tanto pase cambiado por la espalda. Y tanta gente harta, cansada en sus duras almohadillas, viendo pegar pases y más pases, cuando aquello no tiene ni medio pase, sino cuadrar, entrar a matar y Sanseacabó. O sea, que el nuestro será un premio contra el aburrimiento de esas faenas de hartarse de comer pipitas sin que tanto mantazo en forma de muletazo consiga nada.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación