Javier Rubio

No es no

La primera consulta popular es para alargar la jarana. Reconozcámoslo, le hemos dado el trabajo hecho

Javier Rubio
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La primera consulta popular es para alargar la jarana. Reconozcámoslo, les hemos dado el trabajo hecho

EL lector que me conozca mínimamente ya podrá intuir cuál va a ser el sentido de mi voto en el referéndum sobre la duración de la Feria. Que no es técnicamente ni un referéndum ni una consulta, como el alcalde Espadas se encarga de corregir con paciencia infinita: se trata de un «proceso de participación ciudadana», lo que suena a queo gordo desde el propio nombre. Y lo de proceso, lagarto, lagarto, que aquí proceso suena, de siempre, al 1.001 con Soto, Saborido y Acosta en el banquillo de acusados el día que mataron a Carrero. Pero no nos pongamos dramáticos, que para eso ya está Pedro Sánchez con el no por delante.

Y ya estoy dando muchas pistas. El equipo de gobierno socialista ha promovido el referéndum o la consulta o lo que diantres sea arrastrando los pies, pesaroso y ojeroso, convencido de que no tenía más remedio que cumplir la promesa electoral dada a sabiendas de que no va a sacar nada positivo de ahí. La oposición en bloque ha encontrado una veta fácil para ejercer la crítica del gobierno municipal y las televisiones de España entera han descubierto un filón inagotable de donde extraer el mineral con que alimentan la locomotora de los lugares comunes: la primera consulta popular a los sevillanos es para alargar la jarana. Reconozcámoslo, les hemos dado el trabajo hecho.

El alcalde y su gente se cuidan muchísimo de que se les transparenten las ideas no vaya a ser que les pase lo que a De Gaulle, que convocó un referéndum, lo perdió y se largó con honores o peor aún como a Cameron, que convocó un referéndum, lo perdió y lo largaron con el rabo entre las piernas. Pero un servidor no es alcalde -ni ustedes lo permitan- ni tiene que guardar las apariencias ni reservarse la opinión. Así que qué quieren que les diga. Podría emular a Lauren Postigo y decir «sevillano, éste no es tu referéndum» para eludir el voto y escurrir el bulto, pero después no estaría moralmente legitimado para refunfuñar a gusto de que la Feria dure tanto, de que tenga unos horarios tan disparatados, de que sea tan ruidosa y hasta de que se me ensucien los zapatos de albero.

No quiero más días de Feria, aunque bien que lo siento por los que se ganan la vida en hoteles y restaurantes. No quiero más días festivos en medio de la semana. De hecho, propondría una consulta -en la que naturalmente me quedaría solo votando a favor- para que la Feria durara exclusivamente cinco días empezando el miércoles de la semana del 18 de abril salvo coincidencia con la Semana Santa. Miren qué originalidad lo que propongo, que así era antes de esta metástasis feriante que todo lo carcome. En reciprocidad, tienen todo el derecho del mundo a llamarme esaborío, que es la forma genuina de ser sevillano antes de que se impusiera el estereotipo del gracioso. Si en Venecia se manifiestan contra el turismo masivo, no veo por qué aquí no podemos votar contra la juerga masiva. No es no.

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