ECONOMISTA EN EL TEJADO

Masculino singular

Lo que «desiguala» es la función reproductora y «cuidadora», y sus consecuencias. Corregirlo es una responsabilidad social

Una de las manifestaciones del 8M ÁLVARO CARMONA
Manuel Ángel Martín

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Son el género y número que nos sitúan a muchos en una posición sospechosa de la que ni queremos ni podemos abdicar. Felicitaciones por el éxito del feminista 8M y deseos de que el ritmo de acceso a la igualdad real crezca. Siempre me sentí «singular» y medroso con las masas, las aglomeraciones me repelen y el gregarismo me anula. Mi género masculino es fruto de la genética y del autoanálisis sobre la base de las diferentes teorías al respecto. Pero hay cosas de las que nunca se puede estar seguro. Mi nieto Yago tiene quince meses y es un nieto entre nietas. La «base biológica» indica que es un varón; la socialización, la tecnología y la propia voluntad diseñarán su género. Por ahora es masculino. La verdad es que yo aspiro a que sea feliz. Una buena persona, un buen ciudadano. Se dice que feminismos hay muchos, pero a mí me han interesado más aquellos de carácter complejo que pasan de tener una visión transversal (esa que intenta suavizar su instrumentación partidista) a tener una visión global, o sea que describen todo y explican todo. Esta actitud no es extraña a muchas disciplinas científicas que se precian de haber dado con la clave del arco de la existencia, algo así le pasó a la sociología con Augusto Comte y su pretensión de ciencia sintética y omnicomprensiva. De ahí que siga de cerca los textos y conferencias que se multiplican aquí y allá (se trata de doctrinas globales y prolíficas) sobre ecofeminismo, ecosocialismo feminista y otras diversas corrientes, que inevitablemente también afectan —a veces con insufrible arrogancia— a la simplona economía a secas. El jueves no me manifesté públicamente y mi homenaje, masculino singular, fue simplemente revisar el estado de la cuestión. Pero como teorizar aburre y decepciona, descendí a lo observacional y anecdótico. Por la tarde noche asistí al concierto de la Sinfónica de Sevilla (ROSS) que interpretaba a Bernstein y Mahler, la nº1 «Titán», y me dio por pensar en la música llamada clásica desde el impacto de género, perspectiva que adoptan ya todos los presupuestos públicos. En eso estaba, pero solicité ayuda por wasap a un experto músico y musicólogo tal que José Manuel Delgado Rodríguez que se excedió en amabilidad y sabiduría con análisis de «género y música» en versiones vocal, instrumental y composición. Terminaba como resumen: «En el mundo de la música la mujer se ha ido incorporando con los tiempos, pero, y esto es importante, no a remolque sino todo lo contrario» (Yo me acordé de Pastora, excelente violonchelista). Las consideraciones del querido José Manuel me resultaron más ilustrativas y concretas que las teorías de alcance medio, el heteropatriarcado y el ginocentrismo. En corto y por derecho, lo que «desiguala» es la función reproductora y «cuidadora», y sus consecuencias. Corregirlo es una responsabilidad social. Ello no quita para que Alejandra, María y Claudia quieran y cuiden a Yago. Y viceversa.

@eneltejado

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