La marea contra los recortes sanitarios
Andalucía ha sido una de las comunidades que desde 2009 ha dado más tijeretazos al presupuesto de la sanidad pública
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En plena vorágine informativa por la muerte del sátrapa cubano han pasado bastante desapercibidas las marchas de protesta por los recortes sanitarios que poblaron ayer las calles de Granada, Huelva y Málaga. Andalucía, donde el discurso oficial sostiene que los recortes sociales no existen, ha sido una de las comunidades que desde 2009 ha dado más tijeretazos al presupuesto de la sanidad pública. Entre mil y mil cuatrocientos millones, según sea la fuente sindical elegida. El caso es que la merma de profesionales, de camas y el incremento de las listas de espera han convertido a la comunidad andaluza, quién lo diría, en una de las más recortadoras de España.
Estoy convencido de que la sanidad pública tanto en Andalucía como en el resto de España tiene poco que envidiar a la de otros países de la Unión Europea.
Sin embargo, mantener los niveles de calidad y atención es muy costoso, tanto que no se pueden sostener. El problema surge cuando desde la Junta se hace bandera de una supuesta falta de recortes para proclamar que aquí, en Andalucía, capital europea del desempleo, se hacen otras políticas diferentes a las del resto de comunidades y se mantiene intacto el gasto social.
Ese colosal embuste, repetido hasta la saciedad por nuestros gobernantes, es el que frustra e indigna a los profesionales y a los pacientes que han sufrido en sus carnes las consecuencias del bajón presupuestario. De ahí que ayer miles de andaluces volvieran a echarse a la calle para exigir una sanidad digna. La marea de protesta que se inició en Granada de la mano de la plataforma que lidera el doctor Jesús Candel, rebautizado como «Spiriman», se ha extendido por ahora a Huelva y Granada. El desconcierto en la Junta, acostumbrada a controlar a los profesionales de las empresas públicas, es notorio. Se han pasado toda la semana dando noticias positivas de la sanidad andaluza para tapar el estruendo de las marchas de protesta. Pero son muchos años de mentiras y mucha gente está harta de estar harta.
@aybarrapacheco
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