Álvaro Ybarra

Un golpe camuflado de referéndum

A sabiendas de que el referéndum ilegal no prosperaría, el objetivo de Puigdemont y su banda ya no era otro que el de desprestigiar a España

Un policía nacional traslada una urna requisada durante la jornada de ayer JAIME GARCÍA

El golpe de estado camuflado de referéndum que se perpetró ayer en Cataluña ha fracasado. Pero no del todo. Sus promotores, que por incumplir han incumplido hasta su propia ley de referéndum, han quedado en evidencia ante la colosal mascarada organizada con gente votando sin control, ni censo, ni garantías democráticas. Lo nunca visto. Al final la realidad ha superado las previsiones más descabelladas y hasta han habilitado a última hora la posibilidad de votar en todos los colegios electorales que los ciudadanos quisieran, estuvieran censados o no.

Pero, a sabiendas de que el referéndum ilegal no prosperaría, el objetivo de Puigdemont y su banda ya no era otro que el de desprestigiar a España y a su democracia, que tantos esfuerzos nos ha costado construir entre todos, paso a paso. La práctica mayoría de los medios internacionales convirtieron ayer el desalojo policial de los colegios en la noticia de portada del referéndum independentista. Los españoles sabemos que los enfrentamientos con las fuerzas policiales han sido provocados en exclusiva por quienes han utilizado a los catalanes, niños y ancianos incluidos, como escudos humanos para justificar su hispanofobia. Pero esa cuestión pasó ayer a un segundo plano para ceder el protagonismo a lo que el bando secesionista, con la inestimable ayuda de Podemos y un sector del PSOE, tildó de represión a los sentimientos de los únicos catalanes que para ellos cuentan, los partidarios del referéndum ilegal de independencia. El victimismo es la base sobre la que construyen su discurso de intolerancia y fanatismo. Y ayer los centenares de contusionados que ellos mismos habían provocado mandándolos a la calle para oponerse a la legalidad son su más preciado trofeo, su principal argumentario para desprestigiar en los foros internacionales a España, a la que tratan de colgar el falso sambenito de estado antidemocrático y represor.

Que conste que la actuación de la Policía y la Guardia Civil, vendidas por la dejación delictiva de los Mosos, fue templada y profesional, lo que seguramente habrá evitado males mayores. Pero les habían metido en un callejón de muy compleja salida. A partir de ahora no hay que bajar los brazos ni abrir brechas en el Estado de Derecho. Los jueces tendrán que actuar y los dirigentes políticos tendrán que seguir buscando una salida con plenas garantías legales a un conflicto que hace ya tiempo que se ha ido de las manos. Los españoles hemos superado mayores pruebas para mantener una unidad que dura ya más de quinientos años.

@aybarrapacheco

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación