LA FERIA DE LAS VANIDADES

Cuestión de estilo

Ojalá emplearan el mismo ingenio para tomar medidas contra el paro, y no para cerrar empresas con un ERE subvencionado con dinero público

Protesta de funcionarios frente a la Presidencia de la Junta en 2010 EFE
Francisco Robles

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Lo de la Junta con el horario de los funcionarios no responde a ningún plan concebido para mejorar la productividad de la única gran empresa de Andalucía, que es la misma Junta. Se llevan todo el día piando y piafando con el cambio de modelo productivo, que queda así como muy progre dentro de un orden, pero a la hora de la verdad no salimos del sistema que se implantó hace tantos años… que hemos perdido la cuenta. Eso de rebajar el horario del funcionario rima en consonante, y además es una medida electoralista que le sale gratis a la patrona. Cuadratura del círculo. Como el hallazgo del adepto al Régimen que jamás critica al poder, y se cree un progresista y un izquierdista que va contra el sistema establecido.

Esa rebaja del tiempo que el funcionario tiene que estar en el tajo es la punta del iceberg que flota, imperturbable por el paso del tiempo, en las mansas aguas de la balsa de aceite que ha construido el Régimen a lo largo de estos años. Ojalá emplearan el mismo ingenio para tomar medidas contra el paro, y no para cerrar empresas con un ERE subvencionado con dinero público. Esto es de una gravedad tan extraordinaria, que casi nadie se ha dado cuenta. En la Andalucía del desempleo se ha empleado el dinero destinado a crear puestos de trabajo en lo contrario: en ayudar a cerrar empresas para mandar a sus empleados al paro. Sin embargo, eso no ha causado escándalo alguno en una población acostumbrada al estilo que impera en San Telmo.

Un estilo inconfundible para los que ya estamos cansado de tanta demagogia, de tanta provocación burda destinada a la confrontación con el Gobierno… siempre que sea del PP. En caso contrario admitimos solares como pago de la deuda que ya no es histórica. Es el cuento de siempre. Yo reduzco horarios laborales y así soy la buena de la película, la mamá Junta. Para ello cuento con el apoyo de unos sindicatos que son mi brazo izquierdo, y que me apoyan a cambio de cursos de formación, subvenciones a gogó y trato preferente a la hora de endiñarles la pasta que sirve de aceite para el engranaje del Régimen. Y todo se hace a la luz del día. Sin esconderse. La razón cae por su propio peso: estamos tan acostumbrados a estos tejemanejes que ni siquiera reparamos en ellos. Forman parte del paisaje y del paisanaje en esta Andalucía que es ultraconservadora, aunque las siglas del partido que la gobierna puedan hacernos creer otra cosa.

Como no se trata de enfrentarse ahora con el Tribunal Constitucional al «puigdemontiano» estilo, nuestra presidenta ha cogido las herramientas de trabajo que le legaron Chaves y Griñán: la varita mágica y la chistera. De ahí se ha sacado el truco del almendruco. Los funcionarios trabajarán 35 horas, y las dos horas y media restantes las cumplirán en casa, o haciendo cursillos, o como sea. El caso es que les adjudiquen esa rebaja al partido gobernante, y que se acuerden de eso cuando vayan a votar. Caciquismo con el dinero del otro. La misma historia mil veces repetida. El malo es Rajoy, que quiere que los funcionarios trabajen más horas. Y los buenos son los que se saltan la ley. La conclusión es desmoralizante. ¿Para qué van a cambiar, si gracias a este estilo llevan el poder desde que se inventó esto?

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación