EL PAUNTE

Vuelve el espíritu de las Madres de los Pañuelos Verdes

En los años 90 cuando la heroína galopaba fuerte por el Campo de Gibraltar llegada desde el norte de África en grandes dosis para abastecer a toda Europa

La Voz de Cádiz

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En los años 90 cuando la heroína galopaba fuerte por el Campo de Gibraltar llegada desde el norte de África en grandes dosis para abastecer a toda Europa, unas mujeres salieron sin miedo y gritaron que no podían seguir perdiendo a sus hijos en esta cruel batalla. Que alguien les tenía que ayudar. Con la rabia y el dolor como escudos, se plantaron delante de los narcos y señalaron cómo y dónde se vendía. Se les conoció como las Madres de los Pañuelos Verdes y fueron pioneras en eso de poner al menos incómodos a los que viven del narcotráfico.

Esta semana esa sensación de rabia e indignación se volvía a vivir en la Plaza Mayor de Algeciras. Allí miles de personas se concentraron para gritar juntos un «basta ya» dirigido a las autoridades para que les ayuden y a los narcos para que les dejen vivir tranquilos. El Campo de Gibraltar quiere echar por fin de su casa a esos delincuentes que estigmatizan la comarca y trasladan al resto del país una imagen equivocada de lo que para ellos es su tierra.

«El Campo de Gibraltar es mucho más que el narcotráfico», dice este domingo en LA VOZ Francisco Mena, presidente de la coordinadora contra la droga Alternativas. Mena lleva años y años luchando contra esta lacra y conoce a la perfección cómo ha evolucionado y se sigue moviendo la droga y sus secuaces. Cuenta que el problema ya se resolvió en los noventa cuando dio fuerte y que lo volverán a resolver.

Pero para eso es primordial además de la lucha policial, necesitada de más y mejores medios, plantarle una seria batalla judicia l, que agilice los procedimientos y ponga toda su maquinaria al servicio de estas causas sin entorpecerlas. Que no se entretenga en burocracias engorrosas sino que aporte soluciones a los problemas que los profesionales de la justicia llevan detectando años. Así, si los narcos sienten el miedo del banquillo de los acusados, se lo pensaran mejor antes.

Y además, se necesita el apoyo de la sociedad civil. La resignación o el ver como normal algo que no lo es no ayuda en absoluto a que desaparezca. De ahí que la presencia en las calles de los ciudadanos es una de las mejores respuestas que se podían tener.

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