Antonio Ares Camerino

La vida en cartón

Es una zona de paso. Uno de los bulevares mas transitado de la ciudad, de ahí su antiguo nombre ‘Paseo de Canalejas’

Antonio Ares Camerino
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Es una zona de paso. Uno de los bulevares mas transitado de la ciudad, de ahí su antiguo nombre ‘Paseo de Canalejas’. La fuente más emblemática de la ciudad, la de ‘Las Tortugas’, le da un aire especial. Tiempo hace que la Patrona de Cádiz dejó de vigilar desde lo alto la cotidianidad del paseo. Por allí diariamente pasan miles de gaditanos y foráneos cruceristas que lo encuentran como la tarjeta de presentación de una ciudad hospitalaria.

Ahí, ahí mismo, en uno de los portales de un local vencido por el «se alquila» o «se vende», dejó su último suspiro. Dicen que era gallego. Atravesar España, sabe Dios con qué historias, con peripecias impensables para los que dormimos a diario bajo techo, para morir en un escalón de Cádiz mirando al muelle.

En momentos así, uno, como ciudadano se siente fracasado. No sé como se sentirán las Administraciones. Bueno, ellas por definición no tienen sentimientos.

Según el último informe de Cáritas España, más de 40.000 personas duermen en nuestro país en la calle. El equivalente a los habitantes de una ciudad pequeña. Cuarenta mil historias individuales de exclusión y desesperación, de pobreza irredentora y de sufrimiento, de miedo y desamparo, de invisibilidad y de negación. La exclusión sin calificativos. Que no digan que nadie toma la decisión de autoexcluirse. Son las circunstancias las que obligan a hacerse invisible a regañadientes. Las adicciones al alcohol o a las drogas, las deudas, el desahucio, el paro, el amor hecho añicos, la soledad impuesta, la enfermedad mental sin cuidados, la pobreza sin paliativos, llevan sin quererlo a la indigencia.

Por mucho que se empeñen en hacerlos invisibles, los sin techo cada vez están más presentes en nuestras ciudades. Hace poco preguntaban en los medios «¿A donde va esa mujer mayor de porte arrastrado que empuja un carro de compra repleto, sabe dios de qué?» La campaña “Nadie sin hogar” es fundamental para que ellos recobren la dignidad y la sociedad pueda sentir que se preocupa por los suyos. Hacerlos visible supondrá que hacemos nuestro el problema y por ende nos comprometemos con la solución.

La vida en la calle es el primer riesgo de muerte temprana. Una vida arrumbada en un carro desvencijado o en una maleta maltrecha, conservadores de algunos de los recuerdos que los unen al calor de otros tiempos.

Algo tan rudimentario como el cartón se convierte en un elemento imprescindible en sus vidas. En el tetrabrik de cartón encuentran el sustento diario y la forma barata de evadirse de la dura realidad de la acera transitada que le da la espalda. Para respirar se opta por los efluvios perpetuadores del humo del tabaco. El descanso fragmentado y a deshoras lo realizan sobre el duro firme, sólo amortiguado por un lecho de cartón reciclado.

La vida en cartón no es vida. ¡Démosle una oportunidad!

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