OPINIÓN

Sólo por alzarse

El independentismo una vez más, manipula el lenguaje en beneficio de la causa

Fernando Sicre

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Es la única forma de alzarme contra el gobierno. Decía la huida Rovira a las tierras lejanas de Heidi, donde pretende «cuidar como cualquier madre a su hija». Muy enternecedor. Y termina su frase justificando su conducta, advirtiendo que «el gobierno persigue a todo el que está a favor de votar». Sólo por alzarse y solo por votar. El grupo musical «sindicato malone» se quejaba cantando, no dando crédito «a ser metidos en la cárcel por sólo robar una bomba de neutrones, 25 portaaviones y un tractor nuclear». Se anticipaba a la queja catalana-independentista de ahora, que por «sólo alzarse» en forma de golpe de Estado o convocar elecciones de manera ilegal y contraviniendo la resolución del TC, sólo por eso te meten en la cárcel. Al alzamiento en forma de golpe de Estado, hay que sumar otro tipo de alzamiento a la catalana, el alzamiento de bienes que urdió el payaso Turrull, compañero inseparable Trull, el otro componente del dúo.

Creo necesario hacer una reflexión sobre el término alzarse. Ya que el independentismo una vez más, manipula el lenguaje en beneficio de la causa. Para la fugitiva investigada por un flagrante golpe de Estado, alzarse es huir como los cobardes. Hay que retrotraerse a la II República una vez más, para constatar que tenemos en nuestro genotipo un gen mutante que nos hace ciertamente impresentables. La reflexión la hago hoy, anticipándome a la promulgación de la reforma de la Ley de la Memoria Histórica, que erigirá la llamada «Comisión de la verdad», que a juicio de Elorza (PSOE vasco) «no es una venganza», pero sí una auténtica vergüenza a mi juicio y cuya pretensión es el secuestro de libros, adoctrinamiento escolar y supresión de la libertad de expresión en materia histórica. Pues bien, ante semejante desatino, les recuerdo los ocho golpes de Estado contra la II República. El 14 de abril de 1931, desde el balcón del entonces Ministerio de la Gobernación, Indalecio Prieto pronunció estas proféticas palabras: «si vuelven sus enemigos, ésta  alegría de hoy se convertirá en lágrimas». Sus enemigos volvieron desde la derecha, desde la izquierda y desde el nacionalismo.

En 1932 el militar Sanjurgo de derechas fracasó en su intento, condenado a muerte, conmutada por cadena perpetua, terminando exiliado en localidad portuguesa de Estoril. En 1934 la izquierda comunista y el PSOE, dominado por Largo Caballero, con el fin de instaurar una dictadura proletaria como la de los soviets en Rusia. Este siguió allí como si nada. También en Cataluña en 1934 se produjeron sendos golpes de Estado. Luego en plana Guerra, la Generalidad vuelve a traicionar a la República en 1938. El gobierno catalán fue condenado en 1934 por el Tribunal de Garantías Constitucionales por rebelión a treinta años y suspendido la autonomía catalana indefinidamente. El Frente Popular los indultó. En 1936 Gil Robles llamó a Indalecio Prieto para decirle que si formaba gobierno, le apoyaría en el Parlamento con los votos de la CEDA, lo que pudo evitar la guerra civil. En una reunión del grupo parlamentario socialista Prieto pidió el apoyo para formar gobierno, pero se lo denegó Largo Caballero, siempre partidario de la revolución. Ha dicho y recalcado Salvador de Madariaga desde su exilio mexicano por antifranquista que «la circunstancia que hizo inevitable la guerra civil en España fue la guerra civil dentro del PSOE». En 1936 la insurrección militar protagonizada por los generales africanistas de parte del Ejército y de la ultraderecha civil protagonizaron el séptimo. Y por último, en 1939 el coronel Segismundo Casado, con un grupo de anarquistas y socialistas, se rebeló en Madrid contra el Gobierno Negrín.

El hermanísimo de Juan Guerra, que en esto tienen toda la razón, ha dicho recientemente que jamás la República reconoció el derecho a la autodeterminación, solapado con el eufemismo del «derecho a decidir», ni a España como Nación de Naciones,  cada una con derecho a decidir, vulnerando la Constitución «con un golpe de Estado parlamentario permanente». Los golpistas han vuelto. Que el Rey no nos desampare.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación