Opinión

Soflamas golpistas

La estrategia golpista-independentista actual, arranca en 2003 y se externaliza en 2012

Fernando Sicre

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Bastó la sesión de investidura fallida para entender que todo sigue igual. Nada ha cambiado. Los golpistas enaltecen orgullosamente su proclama. El parlamento catalán se erigió en ventrílocuo. El vientre del que habla y el seso del que piensa. Se arenga las masas desde Alemania y en Barcelona se pregona. Un hombre diarreico en Berlín. Otro escogido para mostrar un vientre putrefacto y utilizar la palabra a modo de estercolero proveniente de sus entrañas. Escogido como marioneta provisional. Lo que no es provisional es el odio que destila desde época inmemorial. En el centro de su diana, España y los españoles. Xenófogo, racista y golpista. Algunos pensaran que hablo de Sabino Arana. No, es Joaquín Torras. Es el candidato teledirigido que acude de forma habitual a los homenajes anuales a los hermanos Badía, que jugaron un papel clave en el Golpe de Estado catalán de 1934. Éstos dos junto con Josep Dencas y otros, representaron el “alma mater” de los “escamots de Estat Catalá”. Se constituían a modo de brigadas paramilitares, como formación política nacionalista, que acabó uniéndose con la recién nacida Esquerra Republicana. Cuando la República catalana de 1934, se diseñó el llamado Exercit Catalá, convirtiéndose en la Guardia Cívica, siendo ocupada por los “escamots d’Estat Catalá”, bajo la dirección de Miguel Badía. Entre 1932 y 1933 los escamots salían a la calle con uniforme. Vestían camisas pardas, pantalones oscuros, botas claveteadas y un correaje de cuero estilo militar. Se organizaban jerárquicamente, como un ejército. Desfilaban con antorchas y por las noches se dedicaban a la limpieza étnica, dando palizas a los “charnegos” y a los anarco-sindicalistas. Haciendo una retrospectiva, solo puedo identificar a semejantes energúmenos con el más puro y rancio fascismo de la época y al “Ku kux Clan”. Pues bien, ese es uno de los héroes del ventrílocuo parlamentario y teledirigido candidato. Todo un angelito. En sus tuits en los que carga contra los españoles, considera la presencia de castellano-parlantes en Cataluña como una suerte de colonización y les atribuye intenciones "aniquiladoras" de los catalanes. Para el candidato a la presidencia, Cataluña vive oprimida y el “procés” escenifica la lucha por su libertad. Argumenta en sus soflamas golpistas, que la independencia es innegociable.

La estrategia golpista-independentista actual, arranca en 2003 y se externaliza en 2012. La corrupción ahogaba a la sociedad catalana y los problemas presupuestarios originados por la crisis dejan al descubierto gravísimos problemas de gestión de la “cosa pública”. Desde 1978 se pusieron las bases en la Educación, para ir creando la masa crítica independentista, bajo el lema de “hoy paciencia y mañana la independencia”. Pero, el argumento esgrimido de la “supuesta colonización”, de ahí que invoquen el “caso de Kosovo”, no se sostiene y la comunidad occidental internacional no lo apoya. La comunidades o pueblos que fueron colonizados a raíz de avatares históricos desde la creación de los Estado modernos, hasta los repartos coloniales auspiciados en la Conferencia de Berlín en 1884, trataron de conseguir una identidad nacional, alcanzaron la condición de Estados solo después de la lucha contra el gobierno colonial. Siendo esta la razón por la que su identidad nacional está influenciada por su demanda unitaria de liberación nacional. El nacionalismo en el mundo de la postguerra tomó la forma de anticolonialismo. Y una vez liberados los territorios de los colonizadores, adoptan un carácter claramente postcolonial. Para nada el caso catalán puede circunscribirse a ello. Benedict Anderson puso de relieve en qué medidas las “naciones” existen como imágenes mentales o comunidades imaginarias, antes que como comunidades verdaderas. Son los casos de Gales, Bretaña o País vasco-frances. Los casos catalanes y vascos también. Sólo que algunos han encontrado el gran “negocio” del independentismo. Y como el golpismo sale casi gratis en este país, pues ahí estamos, padeciéndolos. En Alemania los partidos independentistas son ilegales porque no encuentran acomodo constitucional. En EE. UU hay 400.000 peticiones secesionistas presentadas en el registro del Congreso, que han sido rechazadas recordando que ese derecho no está reflejado en la Constitución norteamericana, que establece que la unión del país debe ser "perpetua".

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación