OPINIÓN

Recauda que algo queda

Los propios policías locales de Cádiz denuncian el afán recaudatorio de nuestros dirigentes políticos

El actual concejal de Hacienda David Navarro, en su etapa como Policía Local
Ignacio Moreno

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Si es usted usuario habitual de coche o moto en la trimilenaria ciudad de Cádiz, habrá percibido cómo en los últimos meses la actividad recaudatoria de este nuestro ayuntamiento se ha incrementado de forma notable. Circulará usted ojo avizor a sabiendas de que detrás de cualquier marquesina de la Avenida, parapetados tras una esquina en la Juan Carlos I, estratégicamente colocados siempre, puede aparecer un agente de la Policía Local indefectiblemente pegado a un radar móvil. O el coche ponemultas, ‘apatrullando’ la ciudad y escaneando matrículas que ríase usted del cochecito de Google Earth. El punto culminante lo hemos vivido con la ejecución de la idea de peatonalizar el centro durante los días de Navidad. Decenas de motos amanecieron el jueves con la temida denuncia de color rosa. Personas humanas no sospechosas de ser fascistas, ni defensoras del heteropatriarcado, ni herederas del franquismo, sino simplemente vesinos y vesinas de Cádiz, tendrán que rascarse el bolsillo para gozo de nuestro concejal de Hacienda y ex agente David Navarro. Muchos de ellos habían aparcado su vehículo incluso antes de que se colocara la pobre señalización que prohibía el aparcamiento en la Plaza de Mina, por poner un ejemplo. Sin campaña informativa previa. Pero ya se sabe que la herencia recibida del anterior equipo de gobierno es una losa insufrible. Y de algún sitio hay que sacar para cambiar rótulos de calles o encargar auditorías a empresas amigas. El cabreo de los propios policías locales es manifiesto, pues son los que han de bregar con los gaditanos ‘sableados’. Porque encima han de hacerlo en condiciones precarias, con más coches estropeados que en funcionamiento, como ha denunciado su propio sindicato. Como también ha denunciado que el alcalde –al que ya pidieron la dimisión hace algo más de un año– sólo destina partidas económicas importantes a las patrullas dedicadas a esas labores de recaudación, creando otras como la de atención a víctimas de violencia de género sólo de cara a la galería, ya que apenas cuenta con efectivos.

El afán recaudatorio del Ayuntamiento, silencioso pero constante, contradice completamente el discurso de los que gobiernan en San Juan de Dios, pero ya sabe usted también que eso nunca ha sido un freno para los revolucionarios. Es algo habitual. Predico una cosa y hago la contraria. Tampoco se despeinan al afirmar que ellos se parten la camisa por los más desfavorecidos de la ciudad mientras la propia hermana de la concejala Eva Tubío, presidenta del Colegio Profesional de Trabajo Social de Cádiz, denuncia que la labor del Ayuntamiento en este campo deja mucho que desear, con profesionales «desbordados» y situación de «hacinamiento» en centros de servicios sociales como el de la calle Zaragoza. La herencia recibida será horrorosa, pero la que van a dejar ellos el día que se vayan va a ser apoteósica.

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