Ramón Sánchez Heredia - Opinión

La pasión de Jesús, hoy

Si hoy apareciera Jesús en nuestras calles, Jesús, volvería a sufrir su Pasión

Ramón Sánchez Heredia

La Semana Santa nos recuerda cada año que Jesús, el Nazareno, vino a mostrarnos el camino de Amor hacia la felicidad . La respuesta de los hombres hace más de 2.000 años fue su Pasión, un camino de torturas y muerte, de sucesión de injusticias; eso sí adornada de justicia formal y legalidad, mostrando la gran hipocresía de todos, judíos y romanos, pues sabían que era inocente pero a la vez lo condenaban mientras ellos violaban su derecho judío y romano.

Estaban encadenados cada uno a sus iniquiedades, sus comodidades, sus intereses polítícos, sus miedos, económicos o sacerdotales. No es culpa de judios ni romanos, esto es motivado por la naturaleza del ser humano al dejarse llevar por la maldad , la deshumanización para los cristianos el pecado, en vez de asumir el amor. Si hoy apareciera Jesús en nuestras calles, Jesús, volvería a sufrir su Pasión. No es esta afirmación gratuita, ni prosa ni poesía, es la pura realidad.

Los evangelios dejan claro que lo que hagamos con cualquiera de nuestros semejantes, de nuestro prójimo, se lo hacemos a Él . Observemos las noticias diarias, la relación de oprobios es larga, miles de muertos de hambre, miles sufriendo la trata de seres humanos, veremos en nuestro mundo desarrollado como mueren en la calle sin techos, la violencia acampa desde el deporte, hasta en la familia, el estrecho de Gibraltar es un gran cementerio anónimo, y la lista sigue, es intermnable.

Cada uno de estos casos es un nuevo asesinato de Jesucristo, La Pasión sigue vigente cada día, por desgracia, con toda sus torturas y asesinatos. Pero no nos quedemos en lo negativo, tenemos testimonios continuos de lucha por el Mensaje de Dios, el que nos trajo su Hijo, Jesús.

Tenemos ejemplo públicos y notorios en Teresa de Calcuta o de Óscar Arnulfo Romero . La primera dedicada exclusivamente a mejorar la vida de los abandonados, llamados los intocables en la India. El segundo pidiendo, realizando denuncias proféticas, por la paz y la justicia en su pueblo El Salvador, no temblando su voz ante los poderes económicos, políticos y militar, que al final lo asesinaron mientras celebraba la eucaristía.

La pérdida del niño Gabriel

No son únicos, hay muchos testimonios, de gente santa que no tienen titulares, muchos de ellos anónimos, una demostración palpable de que Jesús sigue vivo pese a todo en nuestro mundo y que sus seguidores, los cristianos, llevan su seguimiento, en muchos casos, hasta el último extremo. Hace unos días todos nos conmovimos al ver cómo un niño, Gabriel, de pocos años moría de forma violenta de forma gratuita e inútil .

Una tragedia que rompió a todas las personas sensibles, sin embargo la reacción de la madre, que como María al pie de la Cruz, estaba rota por dentro, lanzaba una proclama de amor y de paz, pedía que nadie se dejara llevar por el odio, que toda la buena gente se uniera, y daba las gracias a toda las personas que los habían apoyado. Un grito desgarrador contra la venganza, contrapunto a nuestra sociedad , violenta y justiciera.

Os pido un momento, tenemos todos y todas un compromiso de dejar las indiferencias y comodidades, es posible un mundo diferente si nos comprometemos verdaderamente con el amor del Evangelio, con el Mensaje de Jesús. Piénsalo. Por todo lo anterior, la Semana Santa que vamos a vivir no nos puede dejar indiferente, pues es un grito contra todas las injusticias que cometemos, no nos quedemos sólo en lo estético, sino que hagamos conmover nuestros corazones .

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