EL APUNTE

Una nueva esperanza industrial

Tras 15 años de tumbos, Las Aletas deja paso a un nuevo proyecto que tiene la misma finalidad: empleo

La Voz de Cádiz

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Han pasado 15 años desde que nació y desde entonces no ha dejado de morir. Un varapalo tras otro, un obstáculo antes de que apareciera uno mayor hasta que ayer se decretó su final oficial, tres lustros después de que se anunciara, no de que viera la luz porque nunca la conoció. Las Aletas, en suelo puertorrealeño y mirando a Cádiz a través de la Bahía, estaba destinado a ser el gran proyecto logístico de la comarca, un conjunto de naves industriales y de almacenamiento que provocara los empleos que (tanto en 2003 como ahora) se echan de menos en esta tierra.

Los nuevos gestores reunidos ayer (y otros que han trabajado denodadamente desde la sombra) han sido capaces de convertir la decepción definitiva en un nuevo proyecto del futuro que tendrá otro nombre, otras dimensiones y características, pero que ejercerá de ese parque industrial y logístico que la Bahía tras 15 años de trámites frustrados y contratiempos legales sin pausa. El Gobierno, con la Zona Franca, la Junta y la patronal han sido claves para recuperar, revisado y transformado, un pilar de esperanza en el desarrollo económico de la provincia. Desde que, en octubre de 2009, una sentencia del Tribunal Supremo tumbase la propuesta anterior, nunca hubo una iniciativa firme, por más que distinta, como la presentada ayer. El Alto Tribunal destacó entonces en su fallo que la actuación prevista en la zona vulneraba la Ley de Costas. Ese freno ya desaparece de la nueva idea. Tampoco habrá, como antes, conflicto con propietarios de terrenos afectados, que siempre reclamaron a la Junta la ilegalidad de la expropiación forzosa del suelo.

Ha transcurrido demasiado intentando mantener vivo, a golpe de parches, un proyecto moribundo, que hacía aguas por todos sus frentes. El nuevo, revisado, retocado, tiene la misma finalidad: crear un complejo industrial y logístico pero incorpora más vocación de desarrollo tecnológico. Los riesgos desaparecen porque las nuevas entidades aliadas aportan suelo propio que se sumará a las 125 hectáreas hábiles que aún se pueden rescatar con toda legalidad del anterior proyecto de Las Aletas. En total, sumarán 600 hectáreas de nuevo suelo productivo en una Bahía que lo precisa con urgencia. Los 190 millones de euros de inversión deben servir de garantía, aunque con 15 años de retraso, de que la Bahía tiene una nueva esperanza industrial.

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