Adolfo de Vigo

El «no» autonómico

Pedroooooooo! Pedrooooooo!!!!» gritaba Antonio Hernando por los pasillos de la sede de Ferraz el pasado domingo cual Penélope Cruz en la gala de los Oscar

Adolfo de Vigo
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Pedroooooooo! Pedrooooooo!!!!» gritaba Antonio Hernando por los pasillos de la sede de Ferraz el pasado domingo cual Penélope Cruz en la gala de los Oscar, pero con la angustia de una madre ha perdido a su hijo un domingo de agosto en La Caleta. «Al fin te encuentro», le dijo al mirar debajo de la mesa del despacho del secretario general. Éste, con la mirada perdida, solo sabia repetir un mantra aprendido desde hacía un año «no es no, no es no, no es no…»

«Pedro, tienes que salir a dar la cara por los resultados de las elecciones gallegas y vascas…», le dijo Hernando. Pedro lo miro con los ojos desencajados, «he dicho que no, y no es no…».

«Pe-pero, Pedro….», balbuceó Antonio. «¿Que parte del ‘no’ no has entendido?», le dijo Sanchez como si estuviera en un debate televisivo…

Y es que el mensaje del ‘no’ que tanto se ha esforzado Pedro Sanchez de ir gritando a todo aquel que le quería escuchar, y tan vitoreado por muchos militantes, choca de forma frontal con el electorado. Se le olvida a alguno que los militantes te pueden escoger como candidato, pero los votantes son los que te eligen como presidente. En este caso, Pedro Sánchez se ha enfrascado únicamente en oír, o querer oír, a todo aquel que dentro de su partido le alaba lo valiente, lo coherente de su posición negativa. Sin embargo, desoye completamente lo que el votante de a pie, aquel que no está afiliado a ningún partido, aquel que hoy vota azul, mañana rojo, y quizás, pasado mañana morado, está gritando en las urnas. Y es que el españolito de la calle lo que quiere es que de una vez se termine esta situación de incertidumbre, y porque no decirlo, de cabezonería del líder socialista, al cual su propio ego, y el querer pasar a la historia como presidente de España, lo hace verse con posibilidades de ganar unas próximas generales.

Se resquebraja el partido, las brechas entre las bases, entre los barones, cada día se hace más grande, y de verdad, créanme cuando les digo que no me alegro. No comparto los ideales del partido en cuestión, pero creo que es necesaria su existencia para crear el dique de contención de una izquierda radical y peligrosa para nuestro país. Y porque en él tengo amigos que de verdad creen en los ideales socialistas y no se merecen el tener que ver cómo Pedro Sánchez hace ‘odios’ sordos a una realidad que, aunque no guste, pide a gritos una estabilidad política en nuestro país. Estabilidad que solo puede darla un entendimiento, que no sumisión, entre los dos partidos mayoritarios de nuestro país.

Por otro lado, la de Triana se está viendo por día más forzada, cosa que por otro lado no le desagrada aunque no lo admita, a dar un golpe dentro del partido y cambiar el rumbo de un partido que después de este fin de semana cuenta con su sexta derrota en las urnas. Alguna de ellas con los resultados más desastrosos obtenidos jamás en la historia del partido que en su día fundara Pablo Iglesias y que, si nadie lo remedia, lo terminará de hundir otro Pablo Iglesias con la ayuda inestimable de Pedro Sánchez.

Y mientras tanto, Iceta sigue por ahí pegando gritos a los cuatro vientos bailando el ‘We are the Champios’ pidiendo a Sánchez que haga un auto de fe, alejado de toda la realidad….

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