Daniel Gutiérrez - PAN Y CIRCO

Neymar y el espectáculo

Neymar es, posiblemente, el jugador que mayor espectáculo estético ofrece en el mundo del fútbol

Daniel Gutiérrez
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Neymar es, posiblemente, el jugador que mayor espectáculo estético ofrece en el mundo del fútbol; un prodigio técnico y de coordinación de movimientos, capaz de desequilibrar un partido; de esos elegidos por los que, a quien le guste de verdad este deporte, merece la pena pagar las caras entradas que se mueven en las taquillas de los estadios; pero bien harían los que protegen el producto por encima de la persona en hacerle ver a él y a su alterado padre que ciertas actitudes le perjudican.

El debate sobre si debería cambiar o no su forma de jugar sólo encuentra la solución en el sentido común y en la buena educación de la que parecen estar carentes...ambos. Y lo peor ya no es eso sino que encima se intente demonizar a quien de vez en cuando se sale del guion preestablecido en la encorsetada burbuja futbolística y da voz a quien observa la situación equidistante por muchos términos melodramáticos que quieran añadir algunos.

Parafraseando al granota Morales, «ir 5-0 y que se ponga a hacer cosas que no vienen a cuento suelen molestar. No gusta que jueguen con tu orgullo y más cuando vas perdiendo... algún día a alguien se le cruzará algún cable y puede salir mal parado» ¡Y se forma la gozadera!

Aquí la cuestión de fondo no es el qué, ni siquiera el cómo, sino el cuándo. Introducirnos en la mente de Neymar y explicar el por qué puede ser misión imposible. Es obvio que puede hacer lo que le venga en gana mientras que no incumpla ninguna normal y hacer bicicletitas, caños, sombreros y frenarte ante el rival a pisar la pelotita en los minutos finales de un partido cuando tu equipo gana cómodamente no lo hace. Como tampoco lo haría el millonario que se siente delante de un mendigo a pegarse un banquete sonriéndole a la cara.

Absolutamente nada, justifica la violencia, ni las palabras de Morales. Neymar ya sale mal parado en cualquier caso por mucho que esas acciones formen parte de su espectáculo. El otro espectáculo. Como el otro fútbol. Bochornoso, marrullero, infantil e innecesario.

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