EL APUNTE
Mal negocio para Cádiz, bueno para la universidad
El acuerdo entre UCA y Ayuntamiento privaría a la ciudad de un moderno espacio expositivo
El preacuerdo que han alcanzado el Ayuntamiento de Cádiz y la Universidad para permutar el Rectorado , ubicado en la calle Ancha, y el Centro Cultural Reina Sofía , en la Alameda –del que ya informábamos ayer en lavozdecadiz.es –, es un mal negocio para la ciudad. Por una simple cuestión de números. A priori podría parecer una muy buena idea, ya que Cádiz seguiría avanzando en su intención de volver a ser una ciudad universitaria. Pero el precio que tendría que pagar por ello es demasiado alto. El actual Rectorado, propiedad de la UCA, es un edificio de 1.589 metros cuadrados. El Reina Sofía, de propiedad municipal, tiene 3.664, más del doble. A ello hay que añadir que este edificio ha sido reformado recientemente en una operación que costó más de cinco millones de euros, mientras que el de la calle Ancha necesita una importante inversión para modernizarlo. Para compensar tal diferencia la UCA pagaría un millón de euros adicional , cifra que a todas luces se antoja más que insuficiente. Antes de cerrar definitivamente una operación de esta envergadura, convendría analizar también otros factores, como el hecho de que la ciudad pierde un importante espacio expositivo en un enclave privilegiado. El nuevo uso no sería para disfrute de los gaditanos o los alumnos de la UCA, sino para oficinas y despachos. Por tanto, cabe esperar que tanto la Universidad y el Ayuntamiento sigan abundando en su loable deseo de que Cádiz recupere su cinturón universitario, pero no en unas condiciones tan desfavorables para los gaditanos.
En cualquier caso, este preacuerdo debe ser aprobado en Pleno, de ahí que nuevamente esté en manos fundamentalmente del PSOE. O no. Ayer, cuando se hizo público, cogió con el pie cambiado tanto a los partidos de la oposición como a los propios socios de Gobierno de Podemos, Ganar Cádiz en Común, que no dudaron en mostrar públicamente su perplejidad. Como viene siendo habitual en la línea de oscurantismo político de Podemos –por más que se empeñen en proclamar lo contrario– ni siquiera han consultado el proyecto con ellos. Mucho menos con los técnicos municipales o con los trabajadores del Área de Cultura.
En las próximas horas, todos los partidos con representación en el Ayuntamiento deberán posicionarse de forma clara y rotunda sobre si apoyan o no esta operación urbanística de tanta importancia para la ciudad.
