EL APUNTE

Dar la mano para ayudar a quien lo intenta

La adicción a la cocaína ha sufrido un repunte en la provincia de Cádiz por lo que hay que seguir insistiendo en la educación y programas que adviertan del peligro de su consumo

La Voz de Cádiz

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Los tratamientos que se están dando a personas con adicción a la cocaína supera en número a los que lo reciben por otro tipo de sustancias. El Servicio Provincial de Drogodependencias, adscrito al área de Igualdad y Bienestar Social de la Diputación, se encarga de tratar a quien tiene éste u otro tipo de adicción.

Según los datos que recoge su memoria anual, el total de casos admitidos a tratamiento en la provincia (admisiones y readmisiones), incluyendo centros concertados, supone una cifra algo superior a la del año anterior, con 3.247 usuarios, un 16,82 por ciento del total de los admitidos en toda Andalucía (19.296). En 2016 los casos fueron 3.150. Y de estos, 875 son usuarios que recurren a este servicio por la cocaína, un 26,9 por ciento sobre el total. Más del 18% lo hacen por otro tipo de opiáceos. El dato no es solo numérico sino que además alerta de que cada vez hay más gente que se engancha al consumo de este estupefaciente, ya que, según dicho informe, se están alcanzando niveles que no se tenían desde hace siete años. Es más. Ha pasado a ser la primera adicción que se está tratando, por delante del alcohol que ha estado acaparando gran parte de esta ayuda durante los últimos años.

El perfil del adicto a esta sustancia es de un hombre desempleado entre 30 y 40 años con estudios básicos. Pero ese dato no significa que solo consuman estas personas. Los expertos alertan de que de nuevo los jóvenes están perdiendo el miedo a la droga. No tienen esa memoria colectiva de todos los que vivieron como en los 80 y 90 muchos se quedaban en el camino por la heroína. De hecho el ‘caballo’ ha vuelto. Se vende mezclado con cocaína y lo llaman ‘rebujito’. Su consumo también se está extendiendo.

De ahí la importancia de seguir apostando por este tipo de programas de ayudas y por una educación que avise de que con la droga no se juega y que lo que se toma a la ligera como un tonteo inicial se puede convertir en un problema para toda la vida.

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