Habló Franco

«Símbolos como el Valle de los Caídos o las calles franquistas tienen que desaparecer». Es lo que dice ahora Franco. Y yo que pensaba que estaba bajo tierra y bajo una losa de tres mil kilos. Éste, el ‘underground’ calificaba la nación, la suya como una, grande y libre. El otro, el de arriba, el contemporáneo, define la nación como muchas, pequeñas y decididas por aclamación del líder en la próxima reunión de la ejecutiva de su partido. Sí Franco levantara la cabeza, Franco saldría corriendo. Los dos correrían, porque los dos son francos. Franco el del Ferrol, Franco el de Pobra do Brollón. Ambos gallegos. Como ambas Castillas. Los dos creadores de ambas corrientes franquistas. El de Ferrol, era Caudillo por la gracia de Dios. El de Pobra, secretario general de la de Madrid por la gracia de Snchz. Los dos mandamases de sus respectivas naciones. Uno se alzó el 18 de julio, el otro también lo hizo con la verborrea de su primer mitin. Uno vivió en el Pardo, tanto se le asociaba a dicho lugar que podría ser llamado Franco el del Pardo. El otro es el auténtico Franco Pardo. Uno gobernó a su nación durante 40 años, el otro lleva siete legislaturas como Diputado en la asamblea de Madrid, camino también de los 40, en espera de ver visto su sueño de ser secretario general de la federación de su partido en la nación de Madrid. En fin, la política franquista española de los siglos XX y XXI y por los siglos de los siglos, amén.

El PSOE evita concretar su Estado plurinacional. La Dirección Nacional, supérstite entre tanto ella misma no decida la desmembración de España, rechaza a día de hoy fijar el número de naciones, confiando que Snchz decida en el próximo congreso cuantas son y los demás aclamen la moción. Supongo que Franco el del Pardo actuaba así, todo por aclamación y el que rechista, el motorista. Sólo sabemos que Madrid será nación, a decir por su acólito Franco Pardo, gallego de pro como Franco el del Ferrol. Miren si los del patio Maravillas se erigen en Constituyente y crean una nación. Porque podrían decir que su destino y los del barrio de Salamanca no compaginan adecuadamente sus sentimientos nacionales…Con demasiada frecuencia se confunde el término nación con los de país o Estado.

Lo que ocurre cuando se habla de nacionalidad para indicar la pertenencia a un Estado, refiriéndose en realidad a la noción de ciudadanía. Solo advertir del error conceptual de las Naciones Unidas, una organización internacional que lo es de estado antes que de naciones. Una nación puede carecer de estado, puede carecer de territorio, pero siempre una nación insiste en el rasgo definitorio de conciencia nacional, que consiste en la aspiración al autogobierno y a la independencia, de manera que si está dentro de un Estado existente, tratará de separarse de él. Pero no es menos cierto que otra corriente, relaciona la nación como expresión de un sentimiento nacionalista, entendido como capacidad de representar y defender los intereses materiales y económicos del grupo nacional. Haciendo un símil, el primero representa al PNV y el segundo a su homónimo francés.

Un inciso: ¡Viva la France! Porque los vascos de Euskal Herría son los mismos, supongo, con idéntico RH, genéticamente similar al del xenófobo, racista y ultramontano Sabino Arana, un angelito donde los haya. Sin embargo la lata la dan de manera bien distinta. Insisto ¡Viva la France!

El problema del PSOE no sólo es que Snchz sea el Secretario general, es que confunde el modelo territorial organizativo del Estado, como federal, que en el fondo y en la forma ya lo tenemos con las autonomías actuales, queriéndolo ahora conectar con los conceptos de nación o pueblo. Enigma sin resolver. Solo advertir que la nación detenta la soberanía, lo que supone su imposible fragmentación. Lo contrario sería convertirnos en una suerte de Imperio Austro-Húngaro. Y así le fue a la pobre de Sisí.