La Voz - El Apunte

La fábula de la deuda ilegítima

El Gobierno local propone no abonar parte de lo que debe a los bancos mientras les pide más ayuda

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El Ayuntamiento de Cádiz tiene un problema que agrupa a todos los demás: la distancia entre el discurso y la práctica diaria paraliza cualquier actuación. La propuesta que va a presentar al Pleno el equipo de Gobierno, que agrupa a las representaciones locales de Podemos y Ganemos, es el último ejemplo y quizás uno de los más gruesos. Los responsables de la Administración local van a proponer declarar ilegítima una parte de la deuda municipal y los intereses que genera. Concretamente, se refieren a los créditos para el pago a proveedores. El excelentísimo señor alcalde y sus concejales aseguran, literalmente, que consideran esa deuda como «ilegítima, excesiva y dañosa para los intereses públicos municipales y de la ciudadanía gaditana».

Después, anuncian que piensan poner en marcha «las gestiones pertinentes ante el Ministerio de Economía y Hacienda» para que esa deuda sea declarada «ilegítima».

Tan noble y poética iniciativa tiene como fin dejar de pagar porque se considera que la cantidad que ha de satisfacerse resulta excesiva, incluso injusta. Puede que este último concepto, tan poético y lírico, sea compartido por muchos. Por tantos como los que tienen una deuda particular con un banco y ahora la consideran fastidiosa, molesta e impertinente. Pero la suscribieron. La firmaron o la heredaron. Es oficial e ilegal y el matiz de que resulte «ilegítima» puede quedar muy bien para escribir las memorias de los ediles, para un discurso y un ensayo. En la vida real, es absurda. Más aún cuando este mismo equipo de gobierno está pidiendo dinero a esos mismos bancos ahora mismo. En resumen, quiere anular parte de la deuda que tiene con ellos mientras les pide más. Es una forma muy particular de darles garantías de cobro. «Lo de antes no lo quiero pagar pero a ver si me das unos millones más», podría resumirse en lenguaje coloquial. El hecho de que esta propuesta descacharrante vaya a ser tumbada por la oposición (mayoritaria si cuenta con los votos o la abstención del PSOE) le resta gravedad pero no simbolismo. La ciudad de Cádiz está en manos de personas que quieren negarse a pagar lo que deben mientras realizan trámites para deber más. Asombroso.

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