Costumbres navideñas

En esta semana se daba, tradicionalmente, el pistoletazo de salida para preparar las fiestas navideñas

Felicidad Rodríguez

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En esta semana se daba, tradicionalmente, el pistoletazo de salida para preparar las fiestas navideñas. Aunque este tiempo tan entrañable se inicia el día 25, día en el que celebramos el nacimiento de Cristo, y se extiende hasta poco después de Reyes, lo cierto es que el de la Inmaculada era el que, a nivel popular, señalaba el inicio del período navideño. Y hablo en pasado porque, desde hace algunos años, lo hemos adelantado. Aunque poco tengan que ver con el significado de la Navidad, el pavo de Acción de Gracias y el Black Friday son los que ahora marcan la llegada de las fiestas. Para eso los Estados Unidos, y el consumismo, son los que mandan. ¡Quién podría haber imaginado que los bisnietos de los puritanos, que llegaron a prohibir la Navidad, llegaran a extender las fiestas hasta ese punto! Ya veremos que pasa cuando China sustituya a USA como primera potencia. Igual extendemos el período festivo hasta finales de enero o principios de febrero, momento del Año Nuevo chino, con lo que evitaríamos las discusiones de solapamiento con el carnaval puesto que tendríamos fiestas sin solución de continuidad. En Cádiz ya se nota el adelanto navideño; por ejemplo, con la pista de hielo de San Antonio. Que conste que a mi me parece muy bien todo lo que anime al centro de nuestra ciudad y a sus comercios. Si además la gente se lo pasa bien, mejor que mejor. Si me choca lo aficionados que somos a adoptar costumbres foráneas.

Dentro de nada ya nos inventaremos alguna excusa para dar gracias por algo e indultar a un pavo en San Juan de Dios. De hecho, Papa Noel compite, en condiciones de igualdad, con los Reyes Magos; y, mientras de los pobres camellos nadie se acuerda, al reno Rodolfo lo hacen protagonista de películas. Y eso que San Nicolás tuvo un tiempo de capa caída hasta que Coca-Cola decidió vestirlo de rojo y engordarlo y revitalizarlo con su energética bebida. El árbol, muy bonito por cierto, compite en nuestros hogares con el belén; en los espacios públicos gana por goleada, aunque resulta difícil imaginar un abeto de la Selva Negra en el centro de Belén. Y no es que los belenes sean un invento español; pero llevan tanto tiempo con nosotros que como si lo fuera. El dicho «se montó un belén» es genuinamente español y, quizá, tenga que ver con lo que se liaba en las casas cuando se trataba de despejar espacio, colocar las figuras, construir un río más o menos decente o hacer avanzar a los Reyes a un ritmo en el que no todos los miembros de la familia coincidían. Además, fuimos nosotros los que trasladamos la costumbre a América y, gracias a eso, podemos disfrutar hoy de las bellezas que se muestran estos días en Diputación. Hay costumbres que hemos perdido, como aquella en la que los niños, cantando villancicos, pedían el aguinaldo; aunque, en este caso, ha vuelto vía USA, por Halloween, pero sin panderetas y en forma de monstruitos. También perdimos la costumbre de reunirse para freír las tortas de Nochebuena al tiempo que se cantaba la llegada del Niño Dios; una especie de zamboba a la gaditana. Nos quedan, sin embargo, dos inventos: el turrón de Cádiz y la Lotería de Navidad. Así que espero que, esta vez, el Gordo retorne a sus orígenes, que toque por aquí y que lo haga bien repartido.

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