El circo del carranza

Las fijaciones de un concejal crean un debate que no existía y que distrae de tanta tarea pendiente

La Voz de Cádiz

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La prueba de que siempre fue una prioridad para el Gobierno municipal –aunque no lo sea para los vecinos– es que una de las primeras novedades que anunció el nuevo equipo ejecutivo local en Cádiz fue la creación de una concejalía de Memoria Histórica o Memoria Democrática. Las negociaciones entre Por Cádiz sí se Puede y Ganar Cádiz en Común tras las elecciones municipales de mayo de 2015 dieron como resultado un equipo de coalición, donde los dos representantes de Ganemos tocaban poder con la Primera Tenencia de Alcaldía y las competencias de Urbanismo, Cultura y Vivienda. Además, se reservaban esa denominada Memoria Democrática. Fue Martín Vila el encargado y el responsable de un acto, dijo, de «justicia democrática».

Más de dos años después, todas las necesidades de la ciudad, todos los servicios municipales, siguen como entonces cuando no peor (como en el caso de la limpieza). Eso sí, el impulso no ha faltado para revisar el callejero gaditano e intentar cambiar de un plumazo los nombres que suenen a época franquista. A la lista se sumó el pasado lunes 20 de Noviembre la avenida Ramón de Carranza, que pasará a ser 4 de Diciembre. Por esa misma razón, si la tiene todo es te disparate, el estadio debe cambiar de nombre. Ayer se confirmó el cambio, entre peticiones de «calma», entre sonrisas, que no hay prisa, que «despacito y buena letra». Eso tendrán que aplicárselo los que quieren escribir uno de los capítulos más ridículos de la política municipal reciente. Es un cambio extemporáneo, que nadie pide ni espera, que ni los ciudadanos ni los cadistas entienden. No se sabe quién tendrá derecho a voto, ni cuándo se hará, ni cómo ¿Sólo los socios del Cádiz tienen derecho? ¿Sólo los vecinos? ¿Y los cadistas que viven fuera de la ciudad? ¿El nuevo nombre se elegirá entre propuestas municipales o será libre y se podrá votar por Linares, Botubot o Carmelo? ¿También cambiará el nombre del Trofeo Carranza? ¿O desaparecerá? ¿Por qué se vota el cambio de nombre del estadio y no de una avenida?

Todas estas preguntas confirman el absurdo e innecesario circo que ha montado el Ayuntamiento. Otro. Siempre distraido. Sólo cambios y proyectos en Carnaval, fútbol y nomenclator. Poco pan y el mencionado circo. Nadie sabe qué criterios seguirá ni cuando lo hará (con las elecciones a 18 meses), pero queda claro que se trata de una acción para justificar una concejalía consagrada a las obsesiones políticas de un grupo concreto, ajenas a la ciudadanía. Por cierto, todo con el silencio del alcalde y el apoyo del PSOE municipal.

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