Julio Malo de Molina - OPINIÓN

Catedrales de nuestro tiempo

El 17 de septiembre se inauguró el nuevo Metropolitano, tercero de los estadios de uno de los grandes equipos europeos, entrañable club de los madrileños más castizos

El 17 de septiembre se inauguró el nuevo Metropolitano, tercero de los estadios de uno de los grandes equipos europeos, entrañable club de los madrileños más castizos. Un gran amigo me contaba el espectacular y cómodo acceso a la cancha desde el metro de la capital, y yo pensé que precisamente la accesibilidad a través de este medio barato de transporte está en la raíz de la popularidad del Atlético; el primer Estadio Metropolitano se encontraba junto a Cuatro Caminos, corazón de las barriadas obreras del noroeste de Madrid y con boca de metro, de hecho la propia Compañía Metropolitana levantó aquel emblemático corso que se inauguraba el 13 de mayo de 1923, arrendado por el club rojiblanco que lo compartía con la Gimnástica y el Racing Club de Madrid. Arrasado durante la guerra civil, fue reconstruido por el arma de aviación que había fusionado su equipo con el popular club y así durante algún tiempo se llamó Athletic-Aviación. La construcción del nuevo campo de fútbol sobre el recinto del estadio de atletismo ‘Peineta’, cuya grada se conserva, ha sido financiada por la firma Wanda, curioso maridaje entre la potencia económica de la China comunista con el espectáculo de masas más popular del mundo occidental de tradición cristiana.

El nuevo campo proyectado por los arquitectos sevillanos Antonio Cruz y Antonio Ortíz se inspira en el dinamismo del San Siro milanés, el cual se construyó en 1933, cuando aún el fútbol pudiera ser moda pasajera, pero en la ampliación de 1955 la afición se encuentra tan consolidada que se rediseña el edificio mediante un espectacular sistema de rampas. Se comenta que los estadios de fútbol son las Catedrales de nuestro tiempo, y en efecto, éstas constituyeron desde la Edad Media arquitecturas que albergaban las pasiones del pueblo creyente; tal como hoy el espectáculo del balompié representa para los aficionados un alivio frente a las tensiones de la vida cotidiana, y el sentimiento de pertenencia al grupo solidario y protector. La religiosidad medieval generó un estilo arquitectónico auténtico, como el gótico, capaz de resolver la construcción de grandes espacios de forma racional, las Catedrales góticas aún son iconos que caracterizan grandes ciudades como Paris, Colonia o Milán. El Renacimiento y el Barroco suponen una cierta regresión estilística, pese a piezas como la cúpula ideada por Filippo Brunelleschi para la Catedral de Florencia, terminada en 1436; así como el barroco moderno de Guarino Guarini que inspira a Vicente Acero la traza de la Catedral de Cádiz cuyas obras comienzan en 1717.

El Allianz Arena de Múnich se levantó en 2006 según proyecto de los arquitectos suizos Herzog y De Meuron, mediante casi tres mil paneles de un material polimérico de nueva generación con la capacidad camaleónica de alterar su color, de manera que su fachada aparece roja cuando juega el Bayern, blanca cuando lo hace la selección alemana, y azul cuando le toca al TSV 1860 Múnich. El Khalifa Stadium de Catar ya está terminado para acoger el Mundial de 2022, con aire acondicionado; un proyecto de Arup, DHG y Cox Richarson. Por su parte, el Real Madrid aumentará doce metros su cubierta a cambio de construir en su entorno una plaza pública. Cuando Obama entregó el Premio Pritzker a Souto de Moura elogió el estadio del Braga que fue sede de la Eurocopa 2004. Como dicen mis colegas aficionados al fútbol, antes la gente acudía al Templo una vez por semana, ahora lo hace al estadio.

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