El Apunte - OPINIÓN

Apoyos, errores y marchas

Los fondos Edusi son necesarios y la unión es una ventaja pero no puede servir para ocultar la responsabilidad

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Resulta innegable que la ciudad necesita los fondos europeos denominados Edusi. Hay varios planes de impulso del empleo y de acción social que serán imposibles sin ese dinero. Esta ciudad, en la situación que vive, con sus peculiaridades geográficas, demográficas, no tiene herramientas para suplir esos millones, unos 15, que ahora están en peligro.

También resulta difícil afear al alcalde de Cádiz, José María González, que trate de reunir a la oposición, a todos los partidos, y a los colectivos vecinales, económicos y sociales de la ciudad para que levanten una sola voz contra la exclusión de Cádiz de ese programa de «desarrollo urbano sostenible», según dice su denominación. Hasta ahí, todos vamos a estar de acuerdo. El dinero hace falta y todos los intentos democráticos y legales por conseguirlo resultan necesarios, comprensibles.

Sin embargo, tras las buenas intenciones llegan los métodos.

Pedir «colaboración, trabajo y disposición» a la sociedad gaditana está muy bien pero esa buena fe nunca puede ocultar las responsabilidades. Resulta imprescindible saber qué ha pasado para tratar de evitar que vuelva a suceder. La salida de María José Firmat del Instituto de Fomento apenas unos meses después del cambio de gobierno municipal puede ser una de las causas. Conviene aclararlo.

En su afán por arrasar con todo lo que tuviera el menor aire a los 20 años de Teófila Martínez, el nuevo Ayuntamiento hizo una purga de directivos entre los que estaba la considerada «mayor experta nacional en la obtención de ayudas y programas europeos». Su presencia, su trabajo, eran un aval para la ciudad, para sus vecinos, al margen de colores y partidos. Si su salida ha tenido que ver en este fiasco, hay que decirlo, conocerlo y valorarlo.

Buscar participación y apoyo es legítimo, pero entregar el documento de alegaciones a vecinos, sindicatos y colectivos con 72 horas de margen (el plazo acaba el viernes) resulta sintomático. Si este tipo de prácticas son las que se hicieron antes, en la exclusión de Cádiz del plan Edusi puede que haya mucho de carencia, de error propio, y menos de supuesta venganza política.

Las marchas a Madrid nunca han funcionado bien y suenan a tiempos pretéritos en los que la ciudad se quedaba fuera de todo. Hay que hacer lo posible para que nunca vuelvan.

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