La Voz de Cádiz

Por fin un acuerdo

La unanimidad que ayer aprobó el plan de alquiler social muestra un camino que los partidos deben transitar más

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Parece que cuesta pero algunos indicios, muy pocos, muy esporádicos, parecen señalar que los dirigentes públicos acabarán por entender a los votantes. Los ciudadanos quieren que todos los partidos políticos tengan la capacidad de cerrar algunos acuerdos, de alcanzar entendimientos en asuntos esenciales, con una serie de criterios mínimos que suenan a interés general y apartan los extremismos, el sectarismo partidista que parece lastrar la vida política española. El acceso a la vivienda es uno de esos apartados básicos (junto con educación, sanidad, empleo...) y el Ayuntamiento de Cádiz consiguió ayer dar un paso. Al fin, un acuerdo. Al fin, la unanimidad. Alguna idea debía existir sobre la faz de la tierra que fuera capaz de recibir el apoyo de todos los partidos políticos presentes en la pequeña cámara, que son cinco.

Era uno de los proyectos estrella del equipo de Gobierno y por una vez fue capaz de recabar el apoyo de todos sin espantar al resto de partidos con su histrionismo, con la vehemencia del que se cree salvador del mundo. Es una satisfacción porque la ordenanza tiene el objetivo de revitalizar el mercado de alquiler de viviendas en la ciudad y ayudar a que puedan obtenerla los colectivos más vulnerables. Nadie puede oponerse a ese objetivo porque ni Podemos, ni Ganemos ni nadie tiene el patrimonio de las buenas intenciones. Con el intrascendente matiz del cambio de nombre –finalmente se llama Ordenanza Reguladora de las Ayudas al programa municipal Alquiler Social– el principal objetivo es impulsar el alquiler social de las viviendas desocupadas a través de incentivos a la propiedad para ponerlas en el mercado de alquiler en condiciones dignas. Por el otro lado, habrá ayudas a los sectores de población que lo necesitan para garantizar que pueden pagar las rentas y mantener el buen estado de conservación de la vivienda.

Son cientos de familias gaditanas las que llevan años esperando una vivienda. Los fiascos en apartados como la rehabilitación o Matadero han demostrado hasta qué punto la política puede ser más obstáculo que solución. Ayer, por una vez, parece que se decidió a intentar ser útil para la ciudadanía.

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