EDITORIAL ABC

El terror golpea de nuevo Londres

Las víctimas del Reino Unido son las de Europa, puesto que el objetivo a batir de los radicales es la democracia representativa

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El atentado que sufrió ayer Londres vuelve a poner de manifiesto que tanto Europa, como Occidente en su conjunto, están inmersos en un estado de guerra permanente contra los radicales y fanáticos que pretenden acabar con el marco de derechos y libertades fundamentales que impera en el mundo civilizado. El problema es que en esta ocasión el enemigo es mucho más difícil y complejo de combatir debido a su invisibilidad y a que ya está instalado dentro de nuestras fronteras. Según las primeras investigaciones, todo apunta a que el Parlamento británico habría sido objeto de un atentado islamista, después de que un hombre de mediana edad apuñalara a uno de los policías que vigilaba el recinto, no sin antes arrollar con un todoterreno a varios ciclistas y viandantes que paseaban por las inmediaciones, dejando a su paso muertos y heridos de diversa gravedad.

La brutalidad de estos miserables actos y el hecho de que pretendieran atentar contra la institución que representa la voluntad del pueblo británico evidencian que no se trata de un ataque aislado, sino que responde al calculado plan global que han preconcebido los yihadistas para intentar sembrar el terror entre la población y tratar de minar los pilares sobre los que se asienta la civilización occidental. Reino Unido, Estados Unidos, España, Francia, Alemania, Bélgica o Dinamarca son tan solo algunos de los países que conforman la larga lista de objetivos golpeados por el radicalismo islamista. Y lejos de remitir, el número y la crueldad de los atentados se han intensificado, gracias al aliento que ha insuflado al yihadismo internacional la guerra abierta que mantiene Daesh en Oriente Próximo. Prueba de ello es el abultado reguero de víctimas que se han cobrado los extremistas en los últimos ataques perpetrados en París, Bruselas, Niza, Berlín y ahora también Londres. Nadie es ajeno a esta amenaza, tampoco España, que, hasta el momento, ha logrado eludir esta reciente y atroz ronda de atentados gracias a la efectividad de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, tras desactivar decenas de células terroristas y potenciales combatientes de Daesh.

Por eso, con independencia de dónde se produzca el golpe, el ataque es contra todos. Las víctimas de Londres son las de Europa: el objetivo a batir de los radicales es la democracia representativa y el sólido abanico de principios sobre los que se asienta la sociedad occidental. Dada la dificultad de esta lucha, protagonizada por lobos solitarios a nivel interno y complejas organizaciones que actúan desde el exterior, es fundamental que todos los partidos, estados miembros, instituciones comunitarias y países aliados actúen de forma coordinada y unida contra esta lacra, especialmente a nivel militar y de seguridad. La amenaza yihadista compete a todos.

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