¿Es Rusia comparable?

No creo que el exagente de la KGB intente reconstruir la Unión Soviética. Es demasiado listo para saber que es imposible

José María Carrascal

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A mi edad, uno debería estar curado de espantos, pero reconozco que me quedé de piedra al oír «¡Rusia es culpable!» 75 años después de oírselo a los que marchaban a combatir el comunismo en su casa. Y el asombro se redobla al leerlo en diversos medios. Si el nuevo director del New York Times , otro Sulzberger , supiera que un periódico falangista, Arriba, lo proclamó hace tres cuartos de siglo se muere del susto. Y no sólo el NYT , sino Le Monde , el Frankfurter , The Economist y otros líderes de la prensa mundial lo propagan.

¿ Es tan mala Rusia como dicen ? Objetivamente hablando, sí. La diferencia de comportamiento con su pueblo y con los demás es sólo de grado respecto a la etapa soviética. La oposición es maltratada, los vecinos asaltados, los exsatélites amenazados, los rivales aplastados y, por si todo ello fuera poco, hay pruebas de que usa la red digital para conducir los asuntos íntimos de los demás, como las elecciones, en el sentido que más le favorecen. Todo eso es verdad. Pero también lo es que, al desplomarse el Muro berlinés, junto al imperio soviético, todo el mundo intentó aprovecharlo para sacar tajada y se hubiera ido por la cañería de no haber aparecido Putin .

No creo que el exagente de la KGB intente reconstruir la Unión Soviética . Es demasiado listo para saber que es imposible. Lo que quiere es devolver a Rusia el papel de gran potencia que tiene por extensión, población y riquezas naturales, y no se le ha reconocido. Al revés, ha sido invadida no una sino varias veces, derrotando siempre a los invasores. Aunque el mayor complejo de inferioridad de los rusos se debe a no haber participado en los grandes procesos europeos, el Renacimiento , la Reforma , la Ilustración , la Revolución . Lo intentó todo a la vez con el comunismo y le salió tal amasijo de contradicciones que estuvieron a punto de hacerla estallar. Putin, como digo, trata de recobrar la gran Rusia por todos los medios a su alcance, incluido el chantaje, la amenaza y la fuerza, siempre que no le lleve al choque frontal. Dada la habilidad de los rusos para las matemáticas, ha encontrado en internet la herramienta ideal para distorsionar los procesos democráticos occidentales, siempre a través de hackers aparentemente por libre, pero nada se mueve en Rusia sin su consentimiento. En este sentido, es una grave amenaza y tras las interferencias notadas en Estados Unidos, Inglaterra, Francia y España (atención a Cataluña), existe el riesgo de tener que volver a contar los votos a mano. Ello no impide que, allí donde le conviene, esté dispuesto a colaborar con occidente, como en la guerra contra el ISIS, que no se hubiera ganado sin la aviación rusa, mucho más efectiva, y brutal, que la norteamericana. Su relación con Trump es paradójica: le ayudó a ganar la presidencia, pero puede hacérsela perder si se demuestra. En resumen: ¿amigo o enemigo? Las dos cosas a la vez. Depende de las circunstancias. Pero fiarse de él, nunca. Como de nadie.

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