Álvaro Martínez

Pedro y Pablo en Venezuela

El proceso de «podemización» del PSOE de Sánchez ha tomado tal velocidad de crucero que va ensartando una perla tras otra a un ritmo difícil de seguir

Álvaro Martínez

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El proceso de «podemización» del PSOE de Sánchez ha tomado tal velocidad de crucero que va ensartando una perla tras otra a un ritmo difícil de seguir y con semejante mimetismo que dentro de poco será difícil distinguir si habla Pedro o habla Pablo, cuya vecindad es ya tan próxima como la de sus homónimos en «Los Picapiedra». Primero fue Ábalos, el secretario de Organización socialista, el que llamó «esquiroles» a los guardias civiles que tratan de poner orden en el caos del segundo aeropuerto del país, copiando en este caso el lenguaje flequillero y radical que habían utilizado en la víspera los antisistema de la CUP. Y sin que la audiencia se haya repuesto del pasmo, Puente, el portavoz del partido, amanece reprochando que en las portadas se «sobredimensione lo que está ocurriendo en Venezuela», que a juicio del nuevo PSOE responde a «la responsabilidad colectiva de todos los venezolanos».

Nada más escuchar esto, quizá el «otro pequeño Nicolás» -el hijo de Maduro que ha prometido tomar a tiros la Casa Blanca- diera saltos de alegría por el Palacio de Miraflores celebrando el balón de oxígeno que les llegaba desde Ferraz, donde los socialistas de Sánchez reparten culpas entre víctimas y verdugos. Poco les conmueven los 126 venezolanos asesinados y 2.000 heridos por el régimen en estos 140 días de protestas ciudadanas; ni los 5.326 detenidos en las marchas de la oposición; ni el informe de Naciones Unidas denunciando las «torturas sistemáticas» y la «violación de derechos humanos» de Maduro . Al parecer, «las descargas eléctricas, los golpes con cascos y porras contra detenidos esposados, los presos colgados de las muñecas durante períodos prolongados, las asfixias con gases y las amenazas de muerte o violación», que apunta la ONU, deben ser también «responsabilidad colectiva de todos los venezolanos» . Como los supermercados vacíos, como los cortes de energía en un país que flota sobre un mar de petróleo, como la falta de medicinas, como la inflación del 720 por ciento, como que Caracas sea la ciudad más insegura y con mayor índice de criminalidad del planeta o como que el chavismo perpetre un golpe de Estado, tenga tomada la Justicia, lamine fiscales no afines y, en definitiva, se haya inventado un Parlamento que sustituya al que eligieron los venezolanos en las urnas.

En «Los Picapiedra», Pedro y Pablo siempre iban juntos, pero era el primero quien llevaba la voz cantante. En España, ocurre lo contrario. Pablo propone y Pedro obedece.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación