Ramón Pérez-Maura

Ganó Nigel Farage

Un político que hasta hace poco se mantenía en la sombra se ha convertido en una figura clave para el impulso del Brexit

Ramón Pérez-Maura
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Hace sólo cinco años, el extremista Nigel Farage era un ser marginal, que había abandonado el Partido Conservador y se había lanzado a engordar un monstruo que hoy ha derribado el «establishment» británico. En esos días no conseguía que nadie le hiciese ni una entrevista.

Desde un partido cuyas bases cabían en un taxi fue difundiendo por todo el país el mensaje del odio a Europa. Fue una siembra exitosa que ya se puso de manifiesto en dos elecciones europeas en las que conseguía resultados crecientes. Hasta ganar las elecciones europeas de 2014. Todavía entonces te decían que eso era poco relevante porque en las elecciones generales su resultado sería marginal. Y así fue en las de 2015.

Pero el veneno que portaba Farage ya había infectado al Partido Conservador en el que muchos temían el voto que le estaba quitando en tantas partes del Reino Unido. Y eso fue juntar él hambre con las ganas de comer. Muchos conservadores que habían sido matizadamente euroescépticos tuvieron una nueva causa por la que luchar: ser más radicales, más populistas y más euroescépticos que Farage. Todo un reto.

En esas condiciones Farage se lanzó a una campaña en la que sólo tuvo una atención limitada por parte de los focos. Anoche, cuando salió el único sondeo, el de Yougov para Sky, Farage admitió que podría haber ganado el «Remain», pero siguió al pie del cañón. La campaña oficial por el «Leave» desconvocó la fiesta que tenía programada al borde del Támesis y los del «Remain» se pusieron a celebrar. Fue breve. Enseguida pintaba de otra forma. Pero ya no había nadie para celebrar el «Leave» en la fiesta oficial y el único que lo hizo fue Nigel Farage con su gente. Toda una metáfora.

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