España no debe renunciar a Abertis

El Gobierno tiene la oportunidad y capacidad de mantener la españolidad de Abertis, una de las grandes joyas de la economía nacional debido a su liderazgo en materia de infraestructuras, pero la falta de visión y ambición políticas amenaza con dejar vía libre a Italia para hacerse con un activo de gran valor y recorrido. El operador aeroportuario Aena, cuyo control ejerce el Estado, sopesó lanzar una oferta sobre dicha empresa con el fin de contrarrestar la OPA que presentó la concesionaria italiana Atlantia por un precio superior a 16.300 millones de euros. Sin embargo, lejos de apostar por esta operación, el Ejecutivo optó por dar marcha atrás sin aclarar las razones, escudándose en la simple posibilidad de que el Congreso acabaría bloqueando la compra.

El Gobierno debería dejar a un lado el cálculo político y demostrar verdadero afán de país para que España cuente con uno de los mayores operadores de infraestructuras del mundo mediante la fusión de Aena y Abertis, ya que la operación no solo sería factible a nivel financiero, sino muy rentable a largo plazo. Además, Abertis también posee Hispasat, el operador nacional de telecomunicaciones por satélite, con todo lo que ello supone desde el punto de vista estratégico. España no puede mantenerse como un mero testigo mudo e inmóvil mientras Italia aprovecha esta gran oportunidad para situarse a la cabeza de uno de los sectores clave a nivel global, tal y como ya sucedió en su día con Endesa. Este tipo de episodios son los que marcan la historia económica y en este caso, por desgracia, los protagonistas políticos prefieren quedarse al margen, sin contribuir a la legítima grandeza y aspiración internacional del país. El Gobierno tiene que pelear sin complejos por Abertis.