Editorial ABC

Deuda pública, el riesgo a atajar

La Comisión Europea otorgó ayer luz verde al plan presupuestario para 2018, una señal positiva que avala la política económica y financiera que está siguiendo el país

El comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Fiscalidad y Aduanas, Pierre Moscovici AFP

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España ha logrado importantes avances en materia económica a lo largo de los últimos años gracias a las reformas y ajustes emprendidos en la pasada legislatura, saliendo, poco a poco, del profundo atolladero de la crisis, pero todavía quedan tareas por hacer y riesgos que es necesario atajar para garantizar el mantenimiento de la recuperación a medio y largo plazo. El hecho de que la Comisión Europea otorgara ayer luz verde al plan presupuestario para 2018, que prorroga las actuales cuentas por el bloqueo político que ha generado la crisis catalana, es una señal positiva, ya que avala la política económica y financiera que está siguiendo el país. En concreto, Bruselas estima que el proyecto «cumple en términos generales» los criterios que fija el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE , a pesar de que prevé un déficit ligeramente superior al límite acordado del 2,2 por ciento del PIB, lo cual supone, sin duda, una clara señal de confianza hacia el Gobierno. No en vano, el PP ha logrado reducir el agujero fiscal del 9,6 por ciento registrado en 2011 al 3,1 con el que cerrará el presente ejercicio, a un paso de abandonar el procedimiento de déficit excesivo que imponen las autoridades comunitarias.

Aunque es cierto que la incertidumbre que ha generado Cataluña puede afectar al crecimiento, los moderados y razonables cálculos que ha elaborado el Gobierno ya han previsto ese posible impacto. Prueba de ello es que la Comisión Europea estima que España crecerá un 2,5 por ciento el próximo año , frente al 2,3 que avanza el Ministerio de Economía. La prórroga de las cuentas públicas, por tanto, no truncará el ritmo de crecimiento y de reducción del déficit en caso de que no sea posible aprobar unos nuevos Presupuestos. Sin embargo, las autoridades comunitarias también alertan de ciertos problemas, como el paro y la elevada deuda pública. En cuanto al primero, Bruselas advierte del alto desempleo juvenil y de larga duración, así como de la excesiva temporalidad del mercado laboral, pero también reconoce y aplaude que el paro esté bajando «muy rápido», reconociendo así las grandes mejoras llevadas a cabo.

No sucede lo mismo con la deuda pública. Mientras que familias y empresas han hecho un enorme esfuerzo para reducir su abultado nivel de endeudamiento, el sector público ha disparado la deuda hasta cotas próximas al 99 por ciento del PIB . Semejante cuantía no solo supone un alto coste en el pago de intereses y una onerosa factura para el conjunto de los contribuyentes, sino que, en última instancia, lastra el crecimiento potencial de la economía española y representa un factor de debilidad en caso de que surjan nuevas turbulencias financieras. Ahora que España está próxima a equilibrar sus cuentas, urge amortizar deuda para reforzar la solvencia del Estado.

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