Derrotados por España, su pueblo e instituciones

ETA se acabó en el cambio de siglo, por cinco motivos

Luis Ventoso

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ETA emite un comunicado en el que con un tono repulsivo, pues continúa interpretando su ola de cuarenta años de asesinatos como de una guerra entre dos partes, viene a reconocer lo que ya se sabe: que hace tiempo que fue derrotada por España, su pueblo y sus instituciones.

ETA se acabó en el cambio de siglo, por cinco motivos:

1.- El inimaginable atentado del 11-S, que puso fin a ciertas visiones inmorales arraigadas en Occidente, que contemplaban a algunas bandas terroristas (ETA e IRA sobre todo) como guerrilleros románticos movidos por un ideal respetable, un cliché nefasto y mendaz, que permitió que llegasen a existir aberraciones como el santuario francés. Tras el 11-S el terrorismo perdió toda coartada. Estados Unidos extremó su cooperación contra él y la UE se vio forzada a alinearse en serio con España frente a ETA, que se vio por fin acorralada, fuera de la historia.

2.- El Gobierno de Aznar y el juez Garzón diseñaron una estrategia que resultó decisiva para acabar con la banda: cortar su red mafiosa de financiación, amputar su trama civil. Provoca una sonrisa amarga recordar hoy que cuando se ilegalizó a la ETA civil el progresismo buenista clamó que ardería el País Vasco. Por supuesto no pasó nada, salvo que ETA se quedó sin dinero para sus crímenes.

3.- La labor de las policías españolas, en especial la Guardia Civil, fue extraordinaria, con agentes con una especialización asombrosa en su conocimiento detallado de las entrañas de la banda. En su etapa final, ETA estaba infiltrada hasta las cejas y sus pistoleros, borrokillas que en cualquier otro lugar habrían acabado en la delincuencia juvenil, carecían de la capacidad criminal de sus mayores.

4.- PP y PSOE estuvieron unidos frente al terror y hasta sacrificaron la vida de sus simpatizantes, mártires de las libertades, para defender los derechos de todos nosotros y la unidad de España. Fue una lección de la que hoy se deberían extraer consecuencias cuando se observa cómo el Partido Socialista pierde a veces el Norte y se presta a hacer el caldo gordo al separatismo catalán y vasco.

5.- La resistencia de la sociedad civil. Personas anónimas que decidieron resistir contra todo y contra todos, exponiendo su vida en condiciones de acoso vecinal inenarrables y claustrofóbicas. ¿Por qué lo hicieron? Nunca se dice a las claras: simplemente porque de manera natural se sentían españoles y estaban dispuestos a dejarse su vida por enfrentarse a ETA, cuyo objetivo no era más que lograr la independencia a través de una ola de violencia prácticamente indiscriminada (no se olvide: mataron a niños, mujeres, policías municipales de ciudades lejanas del Mediterráneo, funcionarios, periodistas, policías nacionales y guardias civiles, militares y un sinfín de políticos de partidos españolistas; por el contrario, ETA, y siempre hay que recordarlo, no asesinaba a los políticos del PNV). Esas personas de la sociedad civil fueron héroes y contrastan poderosamente con quienes guardaron un silencio ominoso (y cuesta no acordarse de cocineros multimedia que opinaban de todo pero que jamás tuvieron una opinión pública sobre el terror que asolaba a su tierra).

La estrategia ahora de ETA, que ya gobierna desde hace tiempo en muchos ayuntamientos con su marca civil, es simplota: pedir perdón, fomentar la amnesia en el País Vasco y esperar que llegue un Gobierno débil y buenista a La Moncloa para presionar por la gran amnistía, que saque a la calle a todos los asesinos (en realidad muchos de los más crueles ya están en su casa y hasta reciben homenajes populares cuando salen). Lograda la libertad de los terroristas, tocaría lanzar una gran campaña a la catalana para buscar la independencia. El papel del PNV será decisivo en cómo se escriba esa historia. Pero poco cabe esperar de un partido que en los momentos más crueles de ETA llegó a soltar aquella boutade del árbol y las nueces, ETA mata y otros recogeremos su frutos, una de las frases más repulsivas de la historia reciente de España.

ETA ya no interesa a la sociedad española. Es un error. Esta gran victoria de la democracia española contra quien fue su más encarnizado enemigo debería enseñarse en todas las escuelas del país, recordando siempre que hubo un tiempo en que por pensar diferente había una legión de bárbaros que te condenaba a un tiro en la nuca, a meses de secuestro en un zulo tamaño tumba, a una bomba en los bajos del coche que te despanzurraba, a un disparo a bocajarro mientras tus hijos te veían desde la ventana saliendo como cada mañana al trabajo. Los crímenes de ETA deberían estudiarse en España del mismo modo que Alemania recuerda y condena cada día la violencia nazi. No lo veremos. En España nos gustan más las cañitas, el fútbol, la frivolidad y el olvido que recordar a los mejores. Todos esos muertos fueron nuestros héroes, que murieron ensangrentados y a los que hoy amenaza una mancha casi peor: la ingratitud y la desmemoria. ETA ha sido derrotada, pero queda decidir quién va contar para siempre la verdad de esta historia. Y ahí…

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