17-A, lecciones para el futuro
Tras lo ocurrido en Barcelona, el Gobierno central no debe tener limitación para que los Cuerpos de Seguridad del Estado asuman cualquier investigación por actividades terroristas
LAS primeras investigaciones judiciales y policiales sobre los terroristas que atentaron en Barcelona y Cambrils revelan la intensa actividad de un grupo perfectamente organizado cuyo mapa de relaciones incluía Marruecos, Bélgica y Francia . Por otro lado, los detalles que ofrece el auto de prisión provisional dictado por el juez Fernando Andreu contra varios de los detenidos por los Mossos d’Esquadra configuran lo que a todas luces podría haber sido un segundo 11-M. La enorme cantidad de explosivos y metralla acumulada en la vivienda de Alcanar hace verosímil la intención de los terroristas de atentar contra la Sagrada Familia en Barcelona, lo que habría supuesto un número incalculable de víctimas. Las dimensiones reales de este grupo terrorista son preocupantes, porque contradicen la habitual teoría de los «lobos solitarios», y confirman la voluntad del autodenominado Estado Islámico de mantener una guerra de terror indefinida contra las democracias europeas. El mayor reto de los servicios de inteligencia es saber cuántos son y dónde están los integrantes de la quinta columna del Estado Islámico en Europa. La realidad, por tanto, se impone a los voluntarismos . Por eso, los gobiernos francés y español acordaron ayer nuevas medidas de cooperación antiterrorista, en coherencia con esa política bilateral reforzada entre España y Francia que tan eficaz resultó para derrotar a ETA. También en el ámbito catalán hubo novedades, porque las tres administraciones públicas -estatal, autonómica y Ayuntamiento de Barcelona- acordaron mejorar la protección de los espacios públicos habitualmente elegidos por el Estado Islámico como objetivos. Y sí, habrá bolardos en Barcelona, porque la seguridad de los ciudadanos es prioritaria frente a la imaginería progresista de su alcaldesa.
Así planteadas las coordenadas de espacios y tiempos de este grupo terrorista generado en Ripoll, queda claro para el futuro que el Gobierno central no debe tener limitación alguna para que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado asuman cualquier investigación por actividades terroristas, por sí solas o en cooperación con las policías autonómicas. La exclusión de la Guardia Civil en la investigación sobre la explosión de la guarida de los terroristas en Alcanar es un episodio que nunca más debe repetirse . No se sabrá si su intervención hubiera evitado el atentado, pero es seguro que no habrían despachado la deflagración como un incidente doméstico. España se ha caracterizado por su fiabilidad en la lucha contra el yihadismo terrorista en los últimos años, gracias a la calidad y coordinación de sus cuerpos policiales, el respaldo de una ley penal hecha a la medida de la amenaza, el compromiso de jueces y fiscales y la colaboración internacional. No se puede admitir que este modelo de lucha antiterrorista falle por pruritos corporativos o territoriales.
