Actividad teatralizada
Un día a día con Niculoso Pisano
Conoce todo sobre la cerámica del siglo XVI gracias a este reconocido artista
Fran Moreno
En Sevilla se respira desde finales del Siglo XVI el sentir artístico de Italia gracias a un artista que decidió dejar su legado en el barrio de Triana; Francisco Niculoso Pisano. Su nombre posiblemente se deba a Pisa, su ciudad de origen ya que el autor firmaba sus obras generalmente con la palabra “Pisano”. En aquellas tierras pasó sus primeros años de vida y fraguó su sabiduría en esta materia en uno de los talleres de Faenza, Cafaggiolo o Casteldurante.
Aunque se desconoce el momento exacto en el que llegó a la capital hispalense, los historiadores afirman que guardó sus pinceles en este afamado barrio de la ciudad y centro neurálgico de la alfarería. El artista toscano llegó, por aquel entonces, gracias a la fama que absorbió la urbe tras el descubrimiento de América.
Los primeros años, cuando compartía vivencias con Leonor Ruíz, su primera esposa, ya se dieron cuenta los entendidos en esto de la cerámica que Pisano revolucionaría el mundo del azulejo con su técnica –la mayólica- y una decoración como si de una pintura al oleo se tratara. Su primera obra documentada es de 1503 y se trata de la lauda sepulcral de Iñigo López en la Iglesia de Santa Ana. También, tiene otras destacadas como la del Monasterio de Santa Paula y el retablo de la Visitación de la Virgen en los Reales Alcázares.
Desde este momento, la vida de Niculoso Pisano sufre un ascenso meteórico, el cual disfruta de la mano de Elena del Villar, su segunda esposa. Fruto de este enlace nacería su primer hijo, Juan Bautista que corretearía por la calle Santa Ana gracias a la ascensión de su padre que empezaba a desenvolverse en círculos sociales mucho más elevados. Más tarde, en 1511, nacería su segundo hijo, Francisco.
Por estos años, el arte del maestro italiano traspasaba las fronteras locales como puede verse en el retablo cerámico para el Monasterio de Tentudía, en Calera de León o las creaciones para el Palacio de los Condes del Real, en Valencia o la iglesia parroquial de Flores de Ávila en 1526, su última labor reconocida antes de su muerte.
En definitiva, hablamos de un autor que decidió entregar treinta años de su vida artística a nuestra ciudad, que es uno de los padres de la cerámica y ejerció como maestro de jóvenes promesas. Por ello, los próximos días 10 y 17 de marzo y 7 y 28 de abril a las 11:30 horas se representará en el Centro de Cerámica de Triana la vida y el día a día en su alfar de este majestuoso ceramista.
Para todos los públicos
Todo los públicos, de manera gratuita hasta completar aforo, podrán entender la historia de la ciudad y conocer más sobre la cultura de la cerámica artesanal, aprendiendo sus técnicas de producción y decoración, desde la llegada de las materias primas hasta la finalización de cada producto. La actividad durara unas tres horas aproximadamente y se hace efectiva gracias a la gestión de Barro Azul y el Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla.
