Una escena de «Ace Ventura»
Una escena de «Ace Ventura»

Cuando Jim Carrey se convirtió en el rey de la mueca

El actor reventó la taquilla en 1994 con su trío de comedias más conocidas: «La máscara», «Ace Ventura» y «Dos tontos muy tontos»

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Alguien en Hollywood debió de pensar aquel febrero de 1994, hace más de veinte años, que nada mejor para combatir el frío invierno de los Estados Unidos que programar una comedia sobre un detective en camisa hawaiana. Y acertó: « Ace Ventura» se convirtió en uno de los pelotazos del año, con más de cien millones de dólares de recaudación en todo el mundo para una inversión de solo 15 millones.

Delante y detrás del éxito se encontraba Jim Carrey, un humorista del montón que, de repente, había encontrado la horma perfecta a su zapato. El hecho tenía truco: Carrey aceptó el papel protagonista a cambio de poder reescribir el guión y adaptarlo a su personalidad a la hora de interpretar.

A la vista de los resultados comerciales, había dado en el clavo.

Hasta ese momento, Jim Carrey era conocido por sus monólogos televisivos y por haber interpretado papeles secundarios en «Peggy Sue se casó» o «Las chicas de la Tierra son fáciles», pero ese año iba a ser el de su despegue. En verano estrenaba «La máscara» y su cotización subía por las nubes: la película conseguía recaudar 351 millones de dólares en todo el mundo (la cuarta más taquillera del año) y lanzaban hacia el infinito la carrera de su protagonista y de su cara femenina, Cameron Díaz.

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El paso al estrellazgo de Carrey se puede comprobar con los sueldos que cobraba antes y después del éxito: por « La máscara» la productora New Line Cinema le pagó 0,45 millones de dólares, una auténtica ganga gracias a que el acuerdo se firmó en 1993. Para su siguiente contrato, el de « Dos tontos muy tontos», el cómico consiguió multiplicar sus ingresos notablemente: ganó 7 millones de dólares.

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El año mágico de Jim Carrey se cerró con esta última comedia, que protagonizaba junto a Jeff Daniels y de la que este viernes estrena su secuela, « Dos tontos todavía más tontos». El título se convirtió en su tercer pelotazo de taquilla en menos de doce meses, con 270 millones de recaudación.

Batman y Truman

El impresionante éxito comercial de Carrey le aseguró un papel en el Batman de Joel Schumacher (hizo de Enigma al año siguiente) aunque en lo personal le acarreó la separación de su primera esposa, Melissa Womer. El marcado carácter de sus personajes y su exagerada gesticulación se convirtió en su sello en el Hollywood de los noventa. Lo imprimió en títulos posteriores como « Un loco a domicilio» (1996), « Mentiroso compulsivo» (1997) y « El show de Truman» (1998), por el que ganó un Globo de Oro y empezó a girar sus papeles y su carrera hacia lugares más serios, mientras situaba sus ingresos anuales en los 20 millones de dólares, según la revista Forbes.

Los premios a su trabajo como comediante le hicieron buscar cada vez papeles más profundos, como el de « Man on the Moon», interpretando a Andy Kaufman, o la celebrada « Olvídate de mí». Entre medias, Carrey combinaba su nueva vis seria con papeles más cómicos como el de « El Grinch» o, más reciéntemente, « Los pingüinos del Sr. Poper».

En los últimos tiempos el actor ha reducido enormemente su presencia en pantalla. Tan solo aceptó un personaje secundario en «Kick-Ass 2», papel del que no quedó del todo satisfecho, y se embarcó -tal vez buscando la gloria de sus tiempos pasados- en la secuela que ahora lanza a los cines, «Dos tontos todavía más tontos».

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