Ante la duda, recurrir a los servicios de asociaciones micológicas
Ante la duda, recurrir a los servicios de asociaciones micológicas - ABC

Nada de recoger setas después de las intensas precipitaciones

La Comunidad de Madrid ha elaborado una lista de recomendaciones para evitar que los recolectores inexpertos depositen en su cesta una de las 70 especies de setas tóxicas que alberga España, seis de las cuales son mortales

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Pese a la costumbre ligada de recoger setas tras las primeras lluvias de otoño, la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid desaconseja desde su web que se acuda después de intensas precipitaciones a los bosques de la región, ya que las setas pueden modificar su aspecto y generar, por tanto, confusión.

Lo ideal sería, apuntan desde el organismo, recurrir a los servicios de asociaciones micológicas que puedan asesorarnos gratis. Para ayudar a los expertos a realizar un análisis más preciso hay que recoger la seta entera. Y se debe ser muy cuidadoso a la hora de separar las setas que queremos que nos identifiquen de aquellas que ya conocemos, de forma que ningún fragmento de una tóxica pueda mezclarse inadvertidamente con las comestibles.

No se debe consumir una seta porque su apariencia se parezca a la imagen de una seta comestible incluida en una guía micológica.

Se conocen más de 5.000 variedades de setas; en Europa se contabilizan unas 3.000 y en España están catalogadas más de 1.500 especies de hongos superiores, de las cuales entre 50 y 70 se pueden considerar tóxicas, y de éstas de 5 a 6 son mortales.

La Consejería también advierte de las falsas creencias comúnmente extendidas sobre cómo detectar con facilidad la toxicidad de las setas, como, por ejemplo, que cuando se cocinan junto a ajos y patatas los ennegrecen o que las setas tóxicas también son capaces de ennegrecer las cucharas de plata al contacto.

Tampoco son necesariamente seguras para el hombre las setas que hayan sido consumidas por caracoles u otros animales, que crecen sobre madera o en el mismo lugar que años precedentes y se identificaron como comestibles, o aquellas que un conocido, no experto, afirma haber cogido y degustado sin problemas.

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