El agua volverá pronto a fluir por los canales del oeste de Mosul

El agua volverá pronto a fluir por unos canales que regarán unas tierras, en su día fértiles, a unos 30 kilómetros al oeste de Mosul, la tercera mayor ciudad de Irak, gracias a un proyecto de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que restablecerá el riego a 250.000 hectáreas de tierras agrícolas.

Cerca de 200.000 personas de Mosul y otros lugares de Irak podrán obtener ingresos por primera vez desde que el Estado Islámico se hiciera con el control de una parte del país en 2014, recuerda la institución en una nota.

Quienes participan en esta iniciativa reciben dinero a cambio de su trabajo, consistente en la limpieza de los canales de riego de suciedad, piedras y escombros.

La FAO apoya a familias vulnerables que necesitan efectivo para sus necesidades diarias, incluyendo alimentos, ropa, calefacción y transporte. Muchas de estas personas no han tenido un empleo remunerado durante al menos dos años, insisten desde la organización.

La FAO también ha reparado la estación de bombeo que alimenta el sistema de canales desde la presa de Mosul. Y, por primera vez, la institución está colaborando con una compañía de desminado para despejar de explosivos sin detonar las tierras agrícolas situadas junto a los canales, de manera que los campesinos puedan sembrar y llevar a pastar su ganado de forma segura.

Trigo y cebada

«Apilamos los escombros y los juntamos cada cuatro montones en uno mayor para que la excavadora los recoja y retire del canal», cuenta Ahmed Mohammed, de 23 años, padre de tres hijos. «Mi hermano tiene tierras agrícolas y también se beneficiará del proyecto. Solía cultivar trigo y cebada en invierno y verduras en otras temporadas. Ahora sólo puede cultivar hortalizas cuando llueve».

«Restablecer la capacidad de la población de la zona para cultivar y comerciar no sólo es importante para la seguridad alimentaria, sino también para alcanzar la prosperidad y una paz duradera en el país», señala Fadel El-Zubi, representante de la FAO en Irak.

Los campesinos de la región exportaban hortalizas y diversos cultivos -incluyendo trigo y cebada- a Siria y otros países, además de abastecer a millones de personas en Irak. Ahora, el país se ve obligado a depender de las importaciones de frutas y hortalizas.

«A medida que el Gobierno de Irak retome el control de más zonas será necesario un gran esfuerzo para restablecer las infraestructuras clave, de modo que pueda reanudarse la producción agrícola y se restablezcan los medios de subsistencia», añade El-Zubi.