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Pescadores deportivos de Asturias y Galicia piden más controles letales de cormoranes en los ríos

Las ONG recuerdan que no se trata de una especie cinegética; desmienten que su población haya aumentado en el norte peninsular y aseguran que la situación preocupante de salmones y truchas se debe a la conservación de los ríos, no al ave

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La organización SEO/BirdLife ha querido responder a la demanda que distintos colectivos de pescadores deportivos de Asturias y Galicia harán llegar en forma de batería de propuestas a los gobiernos autonómicos del Principado y la Xunta: que se incrementen los controles letales de Cormorán grande en los ríos de ambas comunidades. Se trata, según ellos, de una especie «alóctona» que «está acabando con las truchas, los reos, los salmones y las anguilas», informa La Voz de Galicia.

SEO/BirdLife advierte en una nota de que el cormorán grande «no es una especie cinegética» y «su caza no está permitida». La Directiva de Aves 2009/147 y la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad sólo contemplan una excepción para los controles letales, puntualizan desde la organización: «Únicamente podrían ser autorizados, si no existe otra solución satisfactoria y solo si se demuestra que es esta especie está causando perjuicios graves».

Según el último censo nacional de cormorán grande realizado en 2012, prosiguen desde la organización, pone de manifiesto un declive de algunas poblaciones de cormorán grande, precisamente y de manera especial, en el norte y este de Europa y un desplazamiento de algunas poblaciones reproductoras hacia el sur y occidente del continente. El cormorán grande «no es una especie reproductora en el norte peninsular, sino una especie invernante», matizan desde SEO. «Los datos del censo demuestran que la población invernante de cormoranes solo ha aumentado en Galicia, ya que en Asturias, Cantabria y País Vasco la población invernante de esta especie autóctona ha disminuido», confirman.

Por último, desde la organización aseguran que el cormorán grande no es culpable de la disminución de las poblaciones de truchas y salmones en los ríos del norte de la Península. «Y sí el estado de conservación en el que se encuentran muchos de los hábitats donde habitan estos peces»: vertidos o contaminantes urbanos e industriales; extracción de áridos; modificación de los cauces naturales; presas, saltos de agua y otros obstáculos en el cauce de los ríos; captación de agua para usos urbanos o agrícolas; sobreexplotación por pesca deportiva; introducción de truchas procedentes de poblaciones alóctonas, etc., son solo algunos ejemplos que cita SEO.

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