Ejemplar de trepatroncos montano, ave de América del Sur
Ejemplar de trepatroncos montano, ave de América del Sur - WIKIPEDIA

Las nubes ayudan a proteger a las especies en peligro de extinción

El análisis de su comportamiento permite identificar el tamaño y la ubicación de importantes hábitats de animales y plantas para guiar su conservación

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Aunque observar las nubes parezca una forma extraña de mapearespecies, estas influyen en factores tales como la lluvia, la luz solar, la temperatura superficial y la humedad de las hojas, condiciones que dictaminan dónde pueden sobrevivir las plantas y los animales.

Un estudio realizado por las universidades estadounidenses de Buffalo y Yale, recientemente publicado en la revista PLoS Biology, ha analizado 15 años de datos de los satélites Terra y Aqua de la Nasa que orbitan la Tierra. Las observaciones completas permitieron a los científicos construir una base de datos que contiene dos imágenes por día de la cobertura de nubes de casi cada kilómetro cuadrado del planeta desde el año 2000 al 2014.

Gracias a este pormenorizado análisis del «cielo», investigadores han determinado que las variaciones en la cobertura de nubes perfilan los límites del bioma –parte del planeta que comparte el clima, flora y fauna–, también en los bosques tropicales donde las nubes albergan muchas especies que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo, informa el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).

Biomas diferentes

«Cuando visualizamos los datos, fue notable la claridad con la que se podían ver muchos biomas diferentes de la Tierra basados en la frecuencia y el calendario de los días nublados en los últimos 15 años», dice Adam Wilson, autor principal del estudio en la Universidad de Yale. «A medida que cruzas de un ecosistema a otro, esas transiciones se muestran muy claramente, y lo interesante es que estos datos permiten observar directamente los patrones que siguen con una resolución de un kilómetro».

El análisis del comportamiento de las nubes ha brindado datos sobre el tamaño y la ubicación de distintas especies animales y vegetales

La cobertura de nubes también ayudó a los investigadores a predecir mejor dónde viven especies específicas. Al tomar en cuenta los patrones de comportamiento de las nubes, el equipo fue capaz de determinar tanto el tamaño como la ubicación de los hábitats del ave sudamericana trepatroncos montano (Lepidocolaptes lacrymiger) y del arbusto protea rey (Protea cynaroides) de África del Sur con un detalle sin precedentes.

TaL hallazgo resulta particularmente interesante debido a que la técnica podría ser usada para investigar los hábitats de plantas y animales en peligro de extinción, según Walter Jetz, coautor del trabajo y profesor asociado de Ecología y Biología evolutiva en la Universidad de Yale.

«La comprensión de los patrones espaciales de la biodiversidad es fundamental si queremos tomar decisiones fundamentadas sobre cómo proteger las especies y gestionar los ecosistemas y sus múltiples funciones en el futuro», añade Jetz. «En las regiones que albergan la mayor biodiversidad, hay una verdadera falta de datos sobre el terreno».

Teledetección

Los autores de este estudio aseguran que la teledetección puede ser una herramienta poderosa en la vigilancia de los ecosistemas.

«Cuando se trata de la conservación de especies amenazadas, las políticas y las regulaciones están, en gran parte, determinadas por nuestra comprensión de lo grande que son estas poblaciones y dónde están», dice Wilson. «Demostramos que la teledetección en combinación con la ciencia puede ser una herramienta eficaz para ayudar a las leyes».

Muchas características de los ecosistemas –como la temperatura y las precipitaciones– varían significativamente en pequeñas regiones

En el pasado, los científicos interesados en los datos climáticos datos climáticos dependían de las observaciones tomadas en las estaciones meteorológicas dispersas por todo el mundo. Esto hacía que grandes extensiones de tierra no estén controladas, lo que limita las investigaciones, porque muchas características de los ecosistemas –como la temperatura y las precipitaciones– varían significativamente en pequeñas regiones.

Los datos de los satélites permiten a los investigadores llevar a cabo la investigación sin dichas lagunas. «Este es uno de los desarrollos más interesantes en nuestro campo hoy en día», apunta Wilson, informa SINC.

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