La plaga de langosta empezó a extenderse en Madagascar en 2012
La plaga de langosta empezó a extenderse en Madagascar en 2012 - FAO
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Los fondos para combatir la plaga de langosta en Madagascar se agotan

La seguridad alimentaria de 13 millones de personas, en peligro. La FAO pide a la comunidad internacional diez millones de dólares más, para no malgastar el esfuerzo financiero y técnico que se viene desarrollando en la isla desde 2013

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Madagascar corre el riesgo de perder la batalla contra la actual plaga de langostas: se agotan los fondos para combatir a estos voraces insectos, que han infestado amplias zonas y amenazan gravemente la seguridad alimentaria de 13 millones de personas.

De no llevarse a cabo el programa conjunto de lucha contra la langosta revisto para el periodo 2013-16 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Gobierno malgache, se verían comprometidos los más de 28,8 millones de dólares movilizados hasta ahora. Y podría desencadenarse una crisis de seguridad alimentaria en gran parte del país.

Para completar el programa contra la langosta son necesarios 10,6 millones de dólares adicionales, para controlar al insecto y realizar las operaciones de fumigación contempladas hasta el final de la temporada de lluvias (mayo de 2015).

La plaga de langostas, que comenzó a propagarse a lo largo de Madagascar en 2012, fue detenida con éxito el año pasado. Sin embargo, el riesgo de que se reinicie es alto durante la temporada lluviosa, dado que ofrece las condiciones óptimas para el desarrollo de las langostas.

«Es fundamental actuar ahora para garantizar que los grandes esfuerzos realizados hasta el momento, a nivel financiero y técnico, se aprovechen y no se pierdan», advirtió Dominique Burgeon, director de la División de Emergencias y Rehabilitación de la FAO.

«La campaña en curso –añadió- es esencial para reforzar la reducción de la plaga, evitando cualquier repunte, y continuar luego hacia la eliminación completa de la langosta».

«El coste de cesar las actividades de lucha contra la langosta sería mucho mayor que el dinero gastado hasta ahora. Por ello, es indispensable que la comunidad internacional mantenga el rumbo y complete el Programa de respuesta de emergencia contra la langosta», subrayó por su parte Patrice Takoukam Talla, Representante de la FAO en Madagascar.

No hay tiempo que perder

El primer trimestre del año es especialmente importante: corresponde a la segunda generación de crías y a la formación de bandas de insectos jóvenes sin alas (denominados saltamontes o tolvas). Son más fáciles de combatir, ya que son más sensibles a los plaguicidas y se mueven más lento que los adultos alados.

Como durante un año se han llevado a cabo con éxito las operaciones de control, dichos saltamontes son propensos a formar grupos más pequeños, que resultan más difíciles de encontrar, por lo que se requiere más vigilancia terrestre y aérea.

Incluso una breve interrupción de dos meses en la vigilancia y las operaciones de fumigación de las langostas, debido a su biología, podría anular gran parte de los avances logrados hasta el momento, enfatiza la FAO.

La producción alimentaria desciende

Hasta un 40% de los cultivos del sur de Madagascar se ven amenazados por la plaga de langosta, combinada con las sequías y los ciclones a los que la isla es propensa, detalla la organización de las Naciones Unidas en una nota.

Más de tres cuartas partes de la población en las regiones meridionales de Atsimo-Andrefana y Androy -donde la producción de maíz y yuca han disminuido de forma drástica y la de arroz está muy por debajo de la media- se enfrentan en la actualidad a la inseguridad alimentaria, sobre todo en comparación con el año anterior.

Programa exitoso

La FAO, en colaboración con el gobierno malgache, diseñó un programa trienal de 39.4 millones de dólares iniciado en 2013, que ya ha controlado más de 30 millones de hectáreas -un área casi tan grande como Japón- y tratado más de 1,3 millones de hectáreas infestadas de langosta con plaguicidas y plaguicidas biológicos, para no provocar impactos en la salud humana y el medio ambiente.

La FAO también ha invertido recursos en la capacitación de personal para que Madagascar tenga la capacidad nacional adecuada para vigilar y combatir los insectos.

Los 29 millones de dólares recaudados hasta ahora en apoyo de esta campaña proceden de los gobiernos de Austria, Bélgica, Francia, Italia, Japón, Madagascar (a través de un préstamo del Banco Mundial), Noruega y Estados Unidos, así como de la Unión Europea, el Fondo Central para Emergencias de las Naciones Unidas y del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA). Argelia, Mauritania y Marruecos también donaron los plaguicidas.

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