poster Vídeo
BMW

Visitamos «la cocina» donde se elabora el Porsche Panamera

En la moderna factoría de Leipzig, con una flamante planta de carrocerías para la nueva berlina deportiva, la firma germana también fabrica los SUV Cayenne y Macan

La instalación incluye circuitos de carreras, pistas offroad y hasta casino y centro de convenciones

Leipzig (Alemania) Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Leipzig, cerca de Berlin, es una de las ciudades más relevantes en la otrora Alemania del Este. De vasta tradición musical debido, entre otros, a Bach, Wagner y Mendelssohn, acoge una de las principales fábricas de Porsche, si no la más moderna.

Desde sus orígenes (la primera piedra es del año 2000 y su última gran ampliación de 2014), la marca ha invertido allí más de 1.300 millones de euros. No obstante, la ha convertido en una de las instalaciones de la industria automovilística más modernas y sostenibles: 35.000 metros cuadrados de placas solares, alumbrado LED por doquier con automastismos de apagado en descansos, recogida de agua pluvial para pruebas, 70% de la producción despachada por ferrocarril eléctrico...

imagen

Y sin duda, en una de las más seductoras: cuenta con centro de convenciones, casino y hasta con circuito de carreras de 3,7 km homologado por la FIA

, con réplicas de curvas míticas de pistas como Suzuka, Monza (su famosa Parabólica), Nurburgring (Anillo Norte), Laguna Seca (y su legendario Sacacorchos) o Spa (Parada del Autobús).

Junto a pistas todoterreno extremas para afinar la gama SUV, su última adquisición, por valor de 500 millones de euros, trajo consigo un taller repleto de modernos robots Kuka (casi 500) para fabricar la carrocería del nuevo Panamera (de media, 13 por hora).

En Leipzing, una instalación de 245.000 metros cuadrados 4.0, como la llama Porsche, y donde también se hacen los todocamino Macan y Cayenne, trabajan casi 4.000 empleados. Pero el grueso de las labores corren a cargo de autómatas (6 años de vida útil). El hombre supervisa a la máquina, sí, y por ejemplo lija en mano corrige cualquier fallo del taller de chapa hasta dejar impoluta cada carrocería, una a una. Parece que también la robótica podría hacerlo, pero nos cuentan que de momento "no con nuestro grado de finura y sensibilidad".

imagen

Se pise por donde se pise, la higiene (impoluta), la digitalización y el orden (riguroso) son extremos, al nivel de un avanzado laboratorio o de un quirófano, pese al permanente trasiego que ABC Motor ha constatado in situ. No falta un Centro de Excelencia de 6.000 metros cuadrados que vigila la calidad de procedimientos y vehículos en todo momento. Y eso que en la planta de montaje, con una línea común para los 3 modelos, se trabaja a 3 turnos...

Porsche produce en esta factoría 650 automóviles al día (el año pasado 180.771 unidades), sobre todo del Macan. De allí también salieron los 1.270 Carrera GT (a un precio original de 600.000 euros por unidad) existentes.

imagen

Y hay cifras que aún sorprenden más: mientras un fabricante generalista invierte 20 horas en la producción de un coche tipo sedán, aquí son 5 los días necesarios para conformar vehículos que, solo en la fase de montaje, exigen 5.000 piezas y 250 estaciones de trabajo para instalar asientos, salpicadero, faros...

imagen

Allí la minuciosa atención al detalle es total. Por ejemplo, hacer la carrocería del Panamera, con tolerancias entre paneles de 0,5 a 1,5 mm, exige casi 20 horas. Después, sus 6 capas de pintura y barniz (con 200 tonalides entre las que elegir) requieren 16 horas más. Pero es que para cuando empieza la producción en serie, las maquetas y pilotos precedentes han sido sometidos a más de un año de intensas pruebas y ciclos continuos.

imagen

¿Más números? Claro: cada día entran 550 trailers con 17.000 palets destinados a la planta de montaje y 8.600 más que absorbe la de chapa. Todo para suministrar los 270.000 componentes que se utilizan por jornada.

Semejante sudoku de cifras, piezas y procesos da lugar a algunos de los deportivos más codiciados del planeta. Después de visitar una instalación tan rigurosa como un centro aeroespacial, y que por cierto cuenta con su propio centro de entregas a cliente, se entiende un poco mejor el elevado precio de unos automóviles que parecen salir como churros.

Ver los comentarios