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Presente y futuro del coche eléctrico: ¿realidad o ficción?

Los vehículos eléctricos tienen muchas bazas para convertirse en la "solución de movilidad" del futuro. Pero también algunos inconvenientes. La falta de infraestructuras o el elevado precio de los coches son tan solo dos de los "frenos" que lastran su despegue

MADRID Actualizado: Guardar
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Mientras la industria automovilística busca sinergias con las firmas procedentes de la esfera de la tecnología en el desarrollo de sistemas de autopilotaje, el coche eléctrico se percibe a más corto plazo como alternativa al coche de motor de explosión, en parte por ser cero emisiones. En un tiempo de gran concienciación medioambiental y en un escenario de restricciones por parte de las administraciones de grandes ciudades, el desafío de enterrar al petróleo sigue siendo un sueño.

Las ventas de coches eléctricos se han incrementado en el último año un 51,5% en comparación con el año anterior. Una de las categorías que más crece junto con los llamados SUV, los conocidos como todocaminos. Importantes marcas del sector se han volcado en la producción de modelos híbridos enchufables y de coches eléctricos, pero la escasa autonomía que consiguen en la actualidad (hay prototipos que alcanzan los 600 kilómetros pero por ahora la media no supera los 200 km), la incertidumbre sobre la disponibilidad de puntos de carga públicos y el alto precio de adquisición en muchos casos son algunos de los principales obstáculos para su mayor implantación.

Hoy en día existen otros factores que empañan su futuro. Pero, ¿qué pasaría si, de repente, una gran parte del parque automovilístico español se convirtiese en eléctrico?.

Tomando de ejemplo el Nissan Leaf, el modelo más vendido del mundo en la actualidad, con motor de 30 kWh y con cargador de a bordo de 6,6 kWh, llenar este vehículo con carga completa costaría, según datos de la firma de asesoramiento de consumo eléctrico Selectra, unos 3,98 euros. Si un usuario recorre al día unos 20 kilómetros para ir a trabajar (media del desplazamiento ida y vuelta en Madrid) y tomando de referencia la autonomía de este modelo, que es unos 200 kilómetros, se debería recargar el coche al menos tres veces cada treinta días, por lo que el coste total sería de 11,94 euros mensuales.

En caso de que la mitad de los coches de la Comunidad de Madrid pasaran a ser eléctricos, el consumo total de la región ascendería en 1.754.160.975 kWh al año. En este sentido, «sí está preparada para absorber tal aumento, esencialmente si la carga se realiza por la noche, ya que durante el día, hay un consumo mucho mayor y con la infraestructura existente en la actualidad en esta comunidad, sería un consumo completamente soportable», señalan fuentes de Selectra, quienes apuntan que, al ser cargados esencialmente en estas horas del día de menor consumo de empresas y hogares «en principio no habría problema».

Sin embargo, se perfila un escenario más problemático: en cuanto a la potencia, en el supuesto de que la mitad de los coches se cambiaran y tuvieran que aumentar la potencia de 4,6 a 6,9 kW contratados se requerirían 3.842.447,85 kW adicionales en la Comunidad, por lo que «el sistema eléctrico sí debería de adaptarse».

Entre los pros y los contras a la hora de plantearse la compra de un vehículo eléctrico, hay que tener en cuenta que este tipo de coches son todavía más caros que los de combustión, por lo que habría que «hacer números» para comprobar si el mayor desembolso inicial se compensa con el ahorro. En el polo contrario está precisamente el «gasto diario», ya que un coche eléctrico tiene la ventaja de precisar de un menor mantenimiento. No es necesario, por ejemplo, cambiar el aceite ni las piezas de desgaste habitual en los diésel y gasolina. Su mecánica es más sencilla y es realmente difícil tener una avería.

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