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El Patrol del París Dakar 1987 vuelve al Sahara con 30 años

Tras ser encontrado en un estado lamentable en un museo español en 2014, el Patrol Fanta Limón ha sido totalmente restaurado tres décadas después de ganar la carrera

MADRID Actualizado: Guardar
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Para quienes aseguran que los «todoterrenos» actuales no son ni tan duros ni tan eficientes como los de hace varias décadas, la historia de este Patrol Fanta Limón puede servirles como argumento a sus afirmaciones. Tras pasar exactamente 30 años en la sombra, Nissan ha devuelto a la vida una de sus máquinas deportivas más emblemáticas. El impresionante coche de rally Nissan Patrol Fanta Limón que participó en el París-Dakar de 1987 ha visto su gloria original restaurada y ha vuelto a su hogar espiritual en las dunas de arena del desierto del Sahara.

Este vehículo consiguió en su día la victoria en la categoría diésel del Dakar y fue el primer coche diésel en terminar entre los diez primeros de la carrera general, en novena posición.

Actualmente, los mejores coches de la competición son diésel.

El modelo Fanta Limón ha recibido una nueva vida gracias a un equipo específico de ingenieros del Centro Técnico Europeo de Nissan (NTCE, por sus siglas en inglés) en Barcelona, que durante más de dos años han restaurando el coche durante su tiempo libre, transformando un «montón de chatarra» de un museo español en un coche de competición off-road muy capaz.

La historia del éxito del coche en el rally París-Dakar de 1987 empezó el año anterior, cuando Nissan Motorsport diseñó un plan para participar en rallies de resistencia off-road de perfil elevado. El vehículo base era el Patrol –el popular 4x4 de Nissan– y el equipo del NTCE en España lideró el proyecto.

El patrocinio de Fanta Limón llegó a través de conexiones con Nissan España y la marca Coca-Cola, que quería explotar la publicidad global generada por el París-Dakar. El éxito llegó poco después, gracias a las victorias obtenidas en la categoría diésel de tres pruebas celebradas en 1986 (ver tabla de resultados a continuación).

Pero el objetivo principal era el París-Dakar. Empezó el 1 de enero de 1987 con 312 vehículos alineados en la salida de la agotadora carrera de 13 000 km que atravesaría Europa, Argelia, Níger, Mali, Mauritania y Senegal. El equipo Nissan Fanta Limón inscribió dos vehículos; el coche 211 con Miguel Prieto y Ramon Termens como piloto y copiloto respectivamente, y el coche 212, pilotado por los hermanos Jorge y Hansi Babler.

Las cosas no fueron fáciles. El camión de apoyo del equipo se averió en la segunda etapa, dejando a la pareja sin repuestos durante el resto de la carrera. El coche 212 se vio obligado a retirarse tras rodar por una duna, pero el coche 211 peleó hasta el final. Fue el primer diésel en terminar, y lo hizo en novena posición.

Tras cumplir su misión, los coches se retiraron de la competición. El paradero del coche 212 es totalmente desconocido, pero el 211 fue donado a la Salvador Claret, una colección privada de coches y museo automovilístico situado al sur de Girona, España. Y allí permaneció durante casi tres décadas.

La idea de recuperar el coche llegó en febrero de 2014, cuando los técnicos del NTCE vieron imágenes del mismo en un foro de Internet. Cuando se dieron cuenta de que faltaban menos de tres años para cumplir el 30 aniversario, contactaron con el museo para que se lo devolvieran.

Juan Villegas, técnico del NTCE e integrante del equipo de restauración, ha explicado que el motor «se encontraba en un estado terrible. No se podía arrancar y muchas piezas estaban muy corroídas. Además, el eje delantero estaba bastante dañado.»

El coche fue transportado al centro técnico de Nissan en Barcelona en mayo de 2014 y allí empezó el trabajo del equipo de restauración de ocho miembros, que invirtieron sus propio tiempo por las tardes y durante los fines de semana. Buscaron piezas por toda Europa y pidieron a los concesionarios Nissan que buscaran en sus almacenes por si tenían piezas antiguas. Algunos componentes se compraron de segunda mano y también fueron restaurados.

El objetivo, según Villegas, era que el coche fuera «preciso en todos los aspectos, y tuvimos suerte de conseguir los antiguos diseños y manuales de servicio del NTCE. Realizamos todos los ajustes para dejar la misma configuración que la del París-Dakar.»

En noviembre de 2016 el Patrol estaba terminado y volvió a su hogar espiritual; las dunas de arena del Sahara.

Según ha contado Juan Villegas, el «espíritu de innovación que impulsó a Nissan a participar en el París-Dakar de 1987 nos ha envuelto a lo largo de todo este proyecto. Nos sentimos inspirados por el recuerdo de ese equipo, que decidió participar en la carrera más difícil del mundo y consiguió tanto éxito».

El coste de la restauración ha sido cubierto por Nissan en el marco de su fondo de «Innovación en Rendimiento».

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