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Así ven los niños a sus padres conductores

Un estudio desvela que los pequeños viajan atentos a la actitud y hábitos de sus progenitores al volante

Madrid Actualizado: Guardar
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La Fundación VINCI Autoroutes para una conducción responsable ha dado a conocer los resultados de un estudio de Ipsos —con una parte elaborada por el el profesor Daniel Marcelli,especialista en psiquiatría infanto-juvenil— sobre el comportamiento de los padres al volante. ¿La presencia de niños en el vehículo modifica su comportamiento? ¿Cómo perciben los niños la manera de conducir de sus progenitores? ¿Qué actitud se les transmite respecto a la seguridad vial, y de forma más general, en cuanto a la responsabilidad y al respeto de las normas?

En conjunto, los niños se sienten seguros en coche y de forma natural confían plenamente en la manera de conducir de sus padres: les dan una nota media de 8/10.

Aunque los padres se atribuyen una nota ligeramente más baja (7,3/10 de media), se sienten muy seguros al volante.

Observan y no engañan

Aunque los padres cambian determinadas prácticas cuando su familia viaja con ellos —el 68% conduce más despacio y el 66% se enfada menos al volante—, no conducen de forma responsable, y son conscientes de ello:

- El 77%, que admite superar los límites de velocidad, actitud confirmada por el 65% de los niños, que consideran que sus padres circulan demasiado rápido

- El 59%, que a veces olvida poner el intermitente al girar; un olvido también constatado por el 59% de los niños.

- El 38% de los padres, que no para para dejar pasar a los peatones, infracción del Código de Circulación observada por el 31% de los niños, que suelen ser peatones —a menudo, los padres justifican el incumplimiento o la falta de civismo debido a que sus días son complicados, a los ritmos de vida acelerados y al estrés—.

Palabras «malsonantes» al volante

El 81% de los niños constata que sus padres dicen palabrotas cuando conducen, algo que admite la mayoría de los padres (76%). No obstante, estos intentan esforzarse al educar a sus vástagos (dos tercios de los padres intentan enfadarse menos en su presencia). Sin embargo, muchos incumplen preceptos del Código de Circulación en su presencia, como el uso del teléfono al volante:

- El 44% de los padres confiesa responder al teléfono cuando conduce y el 54% de los niños afirma haber constatado ese tipo de comportamiento

- El 31% de los padres realiza llamadas cuando está al volante, una actitud constatada por el 44% de los niños

- El 29% de los padres envía o lee mensajes de texto cuando conduce (e incluso el 42% de los padres menores de 35 años); por parte de los niños, más de un tercio (34%) ha observado ese comportamiento. Algunos padres, conscientes del riesgo, tienen el reflejo de pedir a sus hijos que respondan a la llamada.

Paradas más frecuentes al viajar

En otro orden de cosas, el 78% de los padres afirma realizar pausas más frecuentes cuando viaja con sus hijos. Lo hacen, de media cada dos horas y 36 minutos, es decir, 36 minutos más respecto al tiempo medio recomendado. Sin embargo, uno de cada diez padres (13%) espera más de tres horas para hacer una pausa. En ese caso, el humor de los pequeños puede convertirse en una alerta saludable para recordar la necesidad de una parada. Sin ir más lejos, cuando los niños empiezan a pelearse.

Según los pequeños, casi un tercio de los padres (32%) es fiel a las pausas mínimas y no para más que el tiempo suficiente para ir al aseo y poner gasolina, sin apenas minutos para comer y beber algo, jugar o descansar.

La encuesta desvela que los padres jóvenes (menores de 35 años) suelen hacer menos pausas con sus hijos (33% respecto a la media del 13% de padres), y que circulan de forma frecuente de noche (29% respecto al 25% de media).

Cuándo aprender buenos hábitos

El estudio resalta los diferentes niveles de aprendizaje en el niño sobre los buenos comportamientos en el coche. La transmisión de buenos gestos comienza a una edad muy temprana con la aplicación de las primeras reglas en coche, como ponerse el cinturón de seguridad. Entre los 0 y los 4 años, el niño no cuestiona las normas. A partir de los 5 años, se vuelven más curiosos y descubren ciertas normas.

«El espacio cerrado de un vehículo es un lugar idóneo para el diálogo padres/hijos», confirma el profesor Daniel Marcelli. «Comentar la forma de conducir, el Código de Circulación, las señales de tráfico... Todo eso interesa a los niños, centra su atención y hace que se alboroten menos. Así, aprenden encantados las normas para conducir bien. Por el contrario, si los padres insultan a otros conductores, el niño también aprende que, en la carretera, el peligro lo representan los demás, cuando en realidad el riesgo principal es uno mismo. El exceso de autoconfianza es un factor de riesgo bien identificado», añade.

Las cosas cambian a partir de los 12 años, cuando los adolescentes empiezan a comparar su punto de vista con el de sus padres. Tienen su opinión sobre la seguridad vial, que puede oponerse a la práctica de sus padres. Un cambio confirmado por el profesor Marcelli: «La mayoría de niños admira sin límites a sus padres. Pero las cosas cambian en la adolescencia. Las críticas aparecen, también en el coche. Se fijan mucho en cómo conducen los padres».

«En el fondo, para ellos es una ocasión para comprobar que sus padres «se comportan bien», si hacen lo que recomiendan o si, en realidad, no hacen lo contrario. En ese caso, cuando el adolescente utiliza su moto, ¿por qué va a sentirse obligado a respetar las normas si sus padres tampoco lo hacen?», concluye el experto.

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