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Los mareos en el coche afectan incluso a los peces de colores

Dos de cada tres personas se han mareado en alguna ocasión en un viaje en coche

MADRID Actualizado: Guardar
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Son numerosos los remedios caseros para evitar los mareos en coche. Desde ponerse una pastilla en el ombligo hasta chupar un limón o tomar una cucharadita de jugo de jengibre. También hay quien recomienda llevar en el coche unas galletas de soda y un refresco de ginger ale, y tomarlo tan pronto como uno empieza a sentirse mal.

Y todos ellos con resultados bastante dudosos. Lo cierto es que hay determinadas personas que no soportan viajar en coche, e incluso tienen que recurrir a algún tipo de medicción para evitar, en la medida de lo posible, sufrir las consecuencias del mareo.

Pero, ¿por qué nos mareamos? La explicación más extendida entre los expertos sobre qué produce la cinetosis –denominación técnica del mareo por movimiento–, es que surge porque, al moverse, el cuerpo experimenta una disonancia entre lo que ve y lo que siente.

Es decir, se produce una estimulación excesiva en las estructuras internas del oído, que regulan equilibrio, y por eso aparecen los síntomas del mareo: palidez, sudor frío, agitación o náuseas que, en el peor de los casos, pueden derivar en vómitos.

Según un estudio realizado por Ford, los pasajeros que miraban pantallas durante un recorrido corto se sintieron mal después de una media de diez minutos. Todos ellos eran adultos. Además, está comprobaedo que las retenciones y las carreteras sinuosas empeorarán un problema que afecta a dos terceras partes de la población en algún momento y que incide especialmente sobre pasajeros, sobre todo niños y adolescentes, aún más si ocupan los asientos traseros y están jugando a videojuegos o viendo películas.

«Los mareos en el coche pueden convertir en pesadilla un esperado viaje familiar», cuenta Eike Schmidt, ingeniero de investigación en el Centro de Investigación e Innovación de Aachen, en Alemania. «La comodidad es uno de los principales objetivos en nuestros diseños de coches del futuro, y queremos hacer todo lo posible para reducir los mareos».

Los bostezos y la sudoración son señales de aviso para una afección causada por desequilibrios entre señales que recibe el cerebro desde los ojos y los órganos responsables del equilibrio, en el oído. Los bebés no se marean. Solo empieza a ocurrirles cuando empiezan a caminar. A las mascotas sí les afecta e, increíblemente, incluso los peces de colores sufren mareos, un fenómeno del que se dieron cuenta los marineros por primera vez.

«Los mareos en el coche son un problema complejo. Es una reacción natural a un estímulo no natural que no se puede curar como tal. Pero podemos intentar aliviar los síntomas», afirma el profesor Jelte Bos, de TNO, Sistemas de Percepción y Cognitivos de Soesterberg, en Holanda.

En las pruebas iniciales, se comprobó que, cuando las pantallas estaban montadas en alto y se podía ver la carretera a ambos lados, los voluntarios eran menos proclives a marearse. Otros experimentos explorarán métodos alternativos en que se puedan mostrar datos en el habitáculo para que se pueda avisar a los pasajeros de baches o trayectos con curvas próximos.

«Para muchos conductores que creen que su hijo tiene un problema con los mareos en coches, podría tratarse simplemente de que su hijo tiene un problema con la manera en que conducen», asegura el profesor Bos, que también realiza estudios sobre percepción de movimiento en la Vrije Universiteit de Amsterdam y ha trabajado en un dispositivo que muestra cuándo el comportamiento al volante podría afectar a los pasajeros proclives a marearse. «Adoptar un estilo de conducción más suave ayuda a evitar la sensación de náusea y reduce los costes de combustible.

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