BMW

Un eléctrico se suma a la lista de los coches del Papa Francisco

Desde un Renault 4 a un Opel Ampera-e, los vehículos del Pontífice se caracterizan por ser austeros

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Desde que, nada más iniciar su pontificado, el Papa Francisco utilizó un modesto Renault 4 para sus desplazamientos por Roma, han sido numerosos los vehículos que ha utilizado durante sus viajes. Pero todos tienen una característica común, ya que lejos de la ostentación, con coches bastante modestos.

El último de ellos es además un vehículo «verde», ya que se mueve con energía eléctrica. Se trata de un Opel Ampera-e, entregado por el consejero delegado de Opel, Dr. Karl-Thomas Neumann, al Papa Francisco, tras reunirse con él en el marco de la conferencia «Laudato Sì: la Sostenibilidad de la Comunicación e Innovación». El objetivo es que, con iniciativas como esta, la Ciudad del Vaticano se convierta en el primer país libre de CO2 en el mundo gracias a las fuentes de energía renovables y la movilidad eléctrica.

El Opel Ampera-e logra una autonomía eléctrica de más de 520 km (basada en NEDC), lo que supone unos 380 kilómetros en «conducción real».

En ocasiones anteriores se ha podido ver al Papa Francisco en coches como un Hyundai Santa Fe, Jeep Wrangler, Kia Soul, Fiat 500L, Ford Focus... Nada que ver con modelos blindados de otras épocas, como el Mercedes-Benz Clase G. Sin ir más lejos, en su peregrinación por tierras armenias ha recurrido a un sencillo Dacia Logan, que nuevo cuesta poco más de 9.000 euros.

Aunque no es el Vaticano quien elige el modelo, la Santa Sede fija una serie de requisitos, como el color del automóvil, el escudo de la Santa Sede, o la matrícula con las siglas SV I en caracteres rojos. Estos vehículos suelen terminar en museos o son donados.

Por ejemplo, los Museos Vaticanos atesoran algunos de los vehículos utilizados por los Papas a lo largo de la historia, entre ellos el Fiat 1107 Nuova Campagnola en el que viajaba Juan Pablo II cuando sufrió el atentado, el 13 de mayo de 1981. Se pueden ver una docena de los llamados “Papamóvil” y otro buen número de coches oficiales, además de sillas de montar, cojines de protocolo, un volante de Fórmula 1 y otros artefactos empleados en sus desplazamientos por los diferentes pontífices.

El más destacado es la Berlina de Gran Gala, mandada construir en 1826 por el Papa León XII, que fue a su vez mejorada por Gregorio XVI en 1841. Merece la pena destacar además los nuevos coches de ceremonia pertenecientes a los pontífices y altos representates de la Iglesia, como el automóvil del Cardenal Luciano Luigi Bonaparte, recibido en donación de su primo Napoleón III, emperador de Francia.

El coche entró en el Vaticano en 1909, pero el Papa en ese momento, Pío X, se negó a usarlo. El arzobispo de Nueva York le regalo un Itala 20/30, pero Su Santidad pensó que era demasiado ruidoso para los jardines del Vaticano, acostumbrados solo al trote de los caballos. Durante la década de 1920, los fabricantes de coches donaron modelos como el Bianchi Tipo 15, Bianchi Tipo 20, Fiat 525, Graham Paige 837, el Citroen C6 Lictoria Sex y el Mercedes 460 Nurburg, estos últimos entregados a Pío XI.

El primer «Papamóvil» entró en escena con Pablo VI en 1975, aunque el término «periodístico» empezó a emplearse durante el Papado de Juan Pablo II, quien los utilizó para moverse en sus múltiples recorridos por el mundo.

Entre las curiosidades de última hora incorporadas al museo está el volante del Ferrari 2003 de Michael Schumacher, donado a Benedicto XVI por el presidente de la Ferrari, Luca Cordero di Montezemolo, con una dedicatoria que reza: «El volante del F1 Campeón del Mundo a Su Santidad Benedicto XVI, piloto de la cristiandad».

Otra incorporación reciente es un Maggiolino regalado en 2004 a Juan Pablo II por el presidente de Volkswagen México.

Los Museos del Vaticano están abiertas de lunes a sábado de 9.00 a 18.00 horas y el último domingo de cada mes.

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