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Diseña muebles basados en el Mercedes SL

La sudafricana Katie Thompson reinventa viejos elementos del descapotable de la estrella para darles una nueva vida... y cometido

Madrid Actualizado: Guardar
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Maletas en desuso, básculas estropeadas, vajilla de esmalte descascarillado son fragmentos del día a día que, por si solos, carecen de valor. Pero a Katie Thompson, de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), le fascinan precisamente esos artículos de uso cotidiano, rotos o incompletos, que navegan a la deriva. Y es que su capacidad de abstracción permite a la joven diseñadora descubrir en ellos nuevas ideas para remodelarlos: la tapa de un cubo normal y corriente se convierte en reloj de pared atemporal, una maleta abierta de par en par aspira a transformarse en un acogedor asiento tapizado y un aspirador de los años 50 muta en elegante lámpara de pie.

Estos exóticos objetos modernos se encuentran en Recreate, la tienda-estudio de Thompson en la zona sur de la ciudad.

Allí, en el antiguo parque industrial de Woodstock, se encuentra el epicentro creativo de la ciudad, pues los antiguos almacenes y una vieja fábrica de cerveza albergan ahora innovadores estudios de artistas y diseñadores.

Se respiran aires de cambio, sobre todo desde que la ciudad al pie de la conocida Table Mountain fue nombrada Capital Mundial del Diseño 2014. En el acogedor showroom que Thompson ha creado en ese entorno especial se dan cita la nostalgia y la innovación, la chatarra y el diseño, la creatividad y el «upcycling». Un término que la artista desconocía hasta que creó su empresa, pero que desde el principio aplica instintivamente. Este «supra-reciclaje» es el proceso por el que, a partir de materiales de desecho, se obtienen nuevos productos de un valor superior.

Tras acabar los estudios de interiorismo y después de colaborar con prestigiosos diseñadores como Jo Carlin, de Ciudad del Cabo, Thompson se lanzó a la aventura, estableciéndose por su cuenta. Todo comenzó con cuatro trozos de madera sueltos que, en su momento, habían pertenecido a una silla, y con los que la artista, entonces de 27 años, creó un asiento de filigrana con elementos de plexiglás.

Osado modelo de negocio

La pieza la hizo merecedora de una invitación a participar en la vanguardista exposición Decorex de Johannesburgo, y constituyó la base de su osado modelo de negocio. Al principio, viajaba por todo el país con su vieja pick-up rebuscando en plantas de reciclaje y ventas de garaje.

Ahora, los clientes le traen objetos de cierto valor sentimental para que los reinvente. Y aunque Thompson se encariñe a veces de algunas de las piezas, su objetivo es devolver a la circulación esos objetos cotidianos.

Uno de los mayores retos que se ha planteado con su arte funcional ha sido la colaboración con Mercedes-Benz. De entre todas las piezas que componen un descapotable SL eligió siete elementos para recrear con ellos el mobiliario de despacho. Con su facilidad para visualizar sus diseños hasta el más mínimo detalle y sin dibujar ni un trazo, Katie logró superar con creces tan inusitada prueba.

En cooperación con artesanos locales, convirtió el tablero de instrumentos en un original escritorio con nuevas y prácticas funciones: el antiguo velocímetro hace ahora las veces de soporte magnético; el lugar donde antaño se alojaba el difusor de aire está ocupado por un compartimento para tarjetas de visita; y la cerradura de contacto se ha transformado en una estación de carga para dispositivos USB.

En el singular despacho, el asiento del conductor es una confortable butaca de oficina, y los orificios ovalados del velocímetro y el cuentarrevoluciones se convierten en manos de Thompson en un sofisticado reloj universal. Para perfilar aún más la sensación de conducir desde la oficina, se tornó el espejo retrovisor en lámpara de escritorio y los pedales de acelerador y freno en imaginativos botes para lapiceros.

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