El coche autónomo ya puede ser «conducido» por cualquiera (y nosotros lo probamos)

El coche totalmente autónomo llegará a mediados de la década de 2020, y los avances que harán posible su aterrizaje cada vez se suceden con mayor rapidez. Prácticamente todos los fabricantes se han lanzado a desarrollarlo con esa fecha como objetivo, en una carrera en la que recientemente Francia ha dado un paso de gigante. El país galo autorizó, el pasado mes de marzo, que cualquier persona pueda sentarse frente al volante de los prototipos con funcionalidades de autoconducción que ya circulan por sus carreteras.

Aún no se trata de vehículos de nivel 5 de automatización, que nos permitan leer o dar una cabezada frente al volante al no requerir de supervisión humana, sino de versiones de calle adaptadas con funcionalidades de nivel 3.

Son capaces, por ejemplo, de circular por autovías de forma autónoma, aunque con un humano listo para tomar el control en caso de fallo.

Los primeros no expertos en verlos de primera persona fueron los tenistas de la pasada edición de Roland Garros. Tenistas como David Goffin o Pablo Carreño llegaron al torneo conduciendo un Peugeot 3008 en el que, durante parte del trayecto ni siquiera tuvieron que tocar el volante o los pedales. Ahora, PSA ha abierto esa experiencia aún más, permitiendo que un grupo de autoridades y periodistas de varios países europeos y tres ciudadanos franceses elegidos mediante un sorteo se sentaran frente al volante de un coche autoconducido durante un trayecto de 25 kilómetros por los alrededores de París.

El prototipo en el que nos hemos montado era un Peugeot 3008 modificado exterior e interiormente para albergar los equipos necesarios. En el exterior, un total de 7 radares, 5 cámaras y varios infrarrojos, muy bien integrados en la carrocería pero bien visibles a simple vista, se encargan de recopilar los datos que el propio coche procesa para circular.

En el habitáculo, lo más llamativo es una doble pantalla en el salpicadero. La inferior muestra la ruta de forma similar a un GPS normal, mientras que la superior recoge todo el tráfico que rodea al vehículo, incluyendo el que se acerca a él por detrás y el que circula por los carriles de al lado.

El sistema únicamente tiene almacenados unos pocos mapas correspondientes a la zona en la que está siendo probado, debido a la gran cantidad de datos que requiere por su alto nivel de detalle. En el futuro, cuando esta tecnología tenga un uso comercial, el mapeado se descargará de la nube según las necesidades del conductor.

Nuestro vehículo, de nivel 3, aún no es capaz de defenderse solo fuera de una vía rápida, por lo que un conductor humano se pone frente al volante para dirigirlo a la autovía más cercana. En este caso, por motivos logísticos y didácticos, toma el control un trabajador de PSA, supervisado por un técnico en el asiento trasero, aunque cualquiera de los pasajeros podria haberlo hecho.

Fuera de la autovía, la conducción es exactamente igual a la de un coche normal. Al llegar a la vía rápida, no obstante, el conductor acciona un botón integrado en el volante y el vehículo entra en modo autónomo. Tras el volante, iCockpit o cuadro digital de Peugeot cambia para dejar de mostrar el cuentarrevoluciones y el velocímetro y enseñar en su lugar la velocidad y el estado de los sensores, así como la marcha engranada.

En modo autónomo, el 3008 es capaz no solo de aminorar y acelerar en función del tráfico y de continuar en su carril incluso en curva -algo que también permite el Keep Lane Assist y el Control de Velocidad Adaptativo instalado en modelos ya a la venta- sino también cambiar de carril en función del tráfico, adelantar y reaccionar en función del comportamiento de otros vehículos.

Nuestra prueba se efectúa en un día soleado y caluroso, pero el sistema, según explica Fabien Gurret, uno de los ingenieros que ha trabajado en su desarrollo, también funciona de noche, gracias a la combinación entre los infrarrojos y los radares, que complementan a las cámaras.

Una vez activado, el vehículo no requiere ningún tipo de intervención humana mientras permanece en la autovía, aunque la funcionalidad puede ser desactivada en cualquier momento por el conductor. En caso de que así lo quiera, éste solo tiene que accionar el mismo botón que lo ha puesto en marcha. Al accionarlo se inicia una cuenta atrás de 10 segundos con avisadores luminosos y acústicos, para que el conductor tenga tiempo de sobra de hacerse con las riendas del coche.

En todo momento el coche realiza una conducción segura, sin frenazos y cumpliendo escrupulosamente la distancia de seguridad y los límites de velocidad.

El vehículo que hemos probado se encuadra dentro del programa AVA, « Autononous Vehicles for All», que contempla una implantación progresiva de las funcionalidades de conducción autónoma en las marcas de PSA, Citroën, Peugeot, DS y, desde hace pocos meses, también Opel.

«El objetivo es desarrollar un coche autónomo seguro, fiable e intuitivo», explica Carla Gohin, responsable de Innovación de PSA.

El primer vehículo que contará con estas funcionalidades será el DS7 Crossback, que llegará al mercado a finales de año y que incorporará tecnologías como el asistente de conducción en autovía y Park Assist avanzado, capaz de aparcar solo con que el conductor presione un botón.

«El coche autónomo es una oportunidad de libertad», asegura Gohin. «Nos permitirá elegir cómo y cuándo queremos conducir o si en cambio queremos estar liberados para vivir nuevas experiencias».

Además, el grupo está desarrollando una nueva arquitectura electrónica, denominada NEA, que utilizarán todos los coches de PSA a partir de 2020. NEA también podrá ser utilizada por otras marcas, y está diseñada para ser modular y escalable, de forma que pueda ser fácilmente actualizada con cada innovación técnica. «Será el sistema nervioso del coche del futuro», explica Gohin.