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Casi la mitad no quiere pagar por un coche más ecológico

Los conductores españoles aprueban mayoritariamente las restricciones urbanas de tráfico ante episodios de elevada contaminación, según un estudio

Madrid Actualizado: Guardar
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París, Ciudad de México e incluso, probablemente, Madrid han anunciado que prohibirán la circulación de los vehículos diésel en sus perímetros urbanos a partir de 2025, para poner freno a los elevados niveles de contaminación del aire.

Sin embargo, según un estudio realizado por Acierto.com, un 40,1% de los españoles afirma no estar dispuesto a pagar más por un vehículo 'responsable' con el entorno.

España supera desde hace años los límites de dióxido de nitrógeno (NO2) establecidos por la UE, un gas cuya acumulación en el aire de las grandes ciudades responde, en cerca de un 90%, a las emisiones de los vehículos de gasóleo.

Los conductores españoles son sensibles a esta problemática e incluso los datos del sondeo revelan que el 76,9% aprueba limitar el tráfico de vehículos privados en el centro de las ciudades si se superan los niveles legales de contaminación, medida que ya se ha tomado en Madrid y Barcelona en alguna ocasión.

Madrid podría prohibir la circulación de coches diésel desde 2025
Madrid podría prohibir la circulación de coches diésel desde 2025

No obstante, a la prohibición de los vehículos diésel en Madrid le esperan importantes desafíos. De seguir adelante con la iniciativa que estudia el Ayuntamiento de Manuela Carmena, en solo 8 años los propietarios de coches diésel deberían dejar de usarlos en su ciudad. Y con un preaviso tan corto, miles de conductores apenas tendrían tiempo de amortizar su vehículo, especialmente si se trata de una adquisición reciente.

Venderlo tampoco sería fácil: el precio disminuiría con el tiempo y es de prever que la demanda diésel caiga con la prohibición de su uso en Madrid.

“Teniendo en cuenta que la antigüedad media del parque automovilístico español ronda 12 años, los madrileños que hayan comprado su automóvil en los últimos tiempos, y que desconocían tanto el impacto ecológico de sus diésel como la decisión que iba a adoptar el Ayuntamiento de Madrid, podrían sufrir un daño económico importante al ver reducido el plazo para amortizar el importante desembolso que supone la compra de un coche para toda economía familiar”, explica Carlos Brüggemann, cofundador de Acierto.com.

De hecho, hasta hace unos años, existía una gran desinformación sobre el impacto ecológico de los vehículos diésel. Probablemente hasta el escándalo ‘dieselgate’ protagonizado por Volkswagen. Por entonces, hace poco más de un año, un 41,8% de los españoles aseguraba desconocer que los diésel eran más contaminantes que sus homólogos de gasolina.

Desde el Ayuntamiento insisten en la importancia de una medida como ésta y van más allá en la propuesta de soluciones: entre los compromisos de Carmena figura instar a la industria automotriz para que contribuya a la transición de vehículos convencionales a eléctricos e híbridos. Lo que aún se desconoce es la compatibilidad entre los planes del consistorio capitalino y las decisiones del gobierno central, que ha anunciado la congelación de fondos para el Plan Movea destinados a la ayuda a la compra de vehículos eléctricos e híbridos enchufables: el presupuesto se estancará en 17 millones de euros.

Los diésel, una opción cada vez menos rentable

Además de la desinformación de los usuarios en materia ecológica, los diésel cuentan con una cuota de mercado tan elevada en nuestro país porque, hasta hace poco, eran considerados más económicos en términos generales que sus equivalentes de gasolina. Y eso que la realidad demuestra que no siempre resultan rentables. Es más, alrededor de un 28% de los españoles elige erróneamente este tipo de vehículos cada año.

“Factores como los mayores precios medios de compra y mantenimiento, o el importe superior del seguro determinan que para recuperar la inversión adicional que implica un vehículo de gasóleo es preciso recorrer, de media, más de 160.000 km durante su vida operativa, y que solo a partir de los 200.000 km se empiece a generar un retorno de la inversión”, aclara Brüggemann. “Y la mayoría no realiza jamás un uso tan intensivo del vehículo”, concluye.

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