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Así de bonito han dejado el BMW de Elvis Presley

La completísima restauración a la que ha sido sometido el descapotable 507, que hace tiempo llegó a estar semi abandonado en una granja norteamericana, le ha devuelto su esplendor. El resultado es inmejorable, sencillamente espectacular

Madrid Actualizado: Guardar
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Una de las remontadas más simbólicas y brillantes en el mundo de los automóviles clásicos es la que acaba de protagonizar el que fuese BMW de Elvis Presley: un (hasta hace poco) semi abandonado 507 que vuelve a lucir con su esplendor original.

Su diltada trayectoria se remonta a los años de servicio militar del Rey del Rock'n'Roll, en Alemania. Después, el coche desapareció durante casi 50 años, volviendo a escena casi abandonado en una granja norteamericana. Tras casi dos años de exigente trabajo de restauración, BMW Group Classic de Munich acaba de desvelar el brillante resultado que encarna este roadster (descapotable biplaza). Por cierto, se expondrá el 21 de agosto en el prestigioso Concurso de Elegancia de Pebble Beach, California

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El icónico BMW 507, con número de chasis 70079, estará al alcance del público asistente a la popular exhibición de automóviles clásicos. Y lo hará tal cual Elvis Presley se sentó en él por primera vez, el 20 de diciembre de 1958: con tonalidad Blanco Pluma, motor de aluminio V8 de 150 CV, interior blanco y negro, y hasta radio Becker México encastrada.

Completamente saneado conforme a los deseos de su último propietario, Jack Castor, en verano de 2014 su exposición "en bruto" en el Museo BMW generó una gran expectación entre los entusiastas, aunque muchos se preguntaron si realmente era el 507 de Elvis y si, de ser así, podría recuperarse hasta transformarse en una joya de los 50.

Explican en BMW que el lamentable estado del biplaza era el principal motivo de preocupación. El grueso de la carrocería y otros componentes originales estaban casi intactos, pero había perdido el motor y la caja de cambios. El eje trasero era una pieza de recambio de origen desconocido, había corrosión por todas partes, los asientos estaban muy desgastados y no había panel de instrumentos.

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Sin embargo, la fascinación de aquel automóvil raro y seductor superaba todas las insuficiencias y deficiencias posibles. Y a ello se añadía el valor que le impregnaba el recuerdo de Elvis.

Así que aquel roadster regresó a Munich (Alemania) bajo la consigna 'Ahora o nunca'. Ya en BMW Group Classic, en casa, expertos y especialistas, incluso externos, sumaron fuerzas para llevar a cabo un trabajo titánico.

Sus responsables detallan que "esto no era una restauración más, sino una montaña rusa emocional repleta de giros sorprendentes, vueltas y más vueltas. No era una historia sobre el joven Elvis, sino un auténtico cruce de sensaciones, experiencias, pintura blanca a raudales, un ingeniero espacial retirado, un almacén para calabazas, un motor Chevy demasiado grande, esteras de coco recubiertas de goma y nuevas manillas de puerta impresas en 3D".

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El BMW 507 ha sido desde siempre una de las más exclusivas y codiciadas rarezas en la historia de la marca, con solo 254 coches producidos de 1955 a 1959. Tras su estreno mundial en el Salón Internacional de Frankfurt de 1955, este soberbio biplaza trazado por Albrecht Graf Goertz fue aclamado por la prensa como el "Sueño del Isar". Contó con propietarios como Alain Delon, Ursula Andress y John Surtees, que contribuyeron a elevar su innegable estatus.

Pero ninguna otra unidad goza de la mitología que envuelve al 507 que fuera propiedad de Presley, perdido durante cinco décadas. Ni siquiera había certeza sobre el número de chasis del coche conducido por el Rey. También había dudas acerca de si realmente el astro de Memphis se lo había llevado de vuelta a Estados Unidos, tras su servicio militar, y nadie sabía acerca de aspectos posteriores del coche.

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El rompecabezas ha sido finalmente resuelto por los expertos de BMW Group Classic, con la contribución del archivo del periodista estadounidense Jackie Jouret, que trabaja para la revista Bimmer, especializada en todo lo que huela a BMW, nuevo o viejo. Ya en 2006, Jouret rastreaba el coche a través de informes de época y otra literatura relevante. En el curso de su trabajo descubrió un detalle esencial: el 507 entregado a Elvis Presley en Alemania no era nuevo, sino que había competido con Hans Stuck a los mandos.

Entre mayo y agosto de 1958 el piloto, conocido como el 'Campeón Hillclimb' ganó una serie de subidas en Alemania, Austria y Suiza con un 507 blanco con número de chasis 70079 y matrícula M-JX 800. También hay fotografías de esa unidad saliendo de la línea de montaje, el 13 de septiembre de 1957, antes de ser expuesta en el Salón de Frankfurt y de servir para pruebas de prensa.

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En octubre de 1957, Stuck presentó el coche en el Salón de Londres y luego lo condujo descubierto a través de Bélgica, para mostrarlo al rey Balduino, antes de llegar al Salón de Turín. Por si todo ello no fuera suficiente, en el verano de 1958 el mismo 507 ganó la competición de belleza de Wiesbaden y poco después jugó un papel clave en el largometraje 'Hula-Hopp Conny, con Cornelia Froboess y Rudolf Vogel.

Hasta entonces había sido cuidadosamente mantenido en BMW, tras cada carrera. Incluso el motor había sido mejorado y dotado de nueva transmisión, hasta que terminó en un distribuidor de Francfort, en el otoño de aquel año. Un joven soldado estadounidense, de nombre Elvis Presley, contaba por entonces 23 años. Ya conocía el coche de las carreras de Stuck, se acercó a verlo y se lo llevó para dar una vuelta. No hizo falta más: totalmente impresionado, decidió comprarlo.

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Hay imágenes que muestran las matrículas de exportación ya instaladas. Luego recibió un registro militar norteamericano que cambia anualmente, lo que en el tiempo complicaría su identificación. Los expertos solo estuvieron seguros de su procedencia cuando encontraron la propuesta de seguro a partir de diciembre de 1958 con el número de chasis 70079, junto al registro del titular del vehículo: Elvis Aaron Presley.

Modificado radicalmente

Presley utilizó el 507 para ir de su casa en Bad Nauheim a la Base del Ejército en Friedberg. A menudo, la pintura del roadster terminaba embadurnada de mensajes de amor pintados con carmin, algo que ruborizaba al propio Presley, aún poco acostumbrado a las fans como soldado y estrella en ciernes. Así que decidió pintarlo de rojo para zanjar con la cuestión.

En marzo de 1960 acabó el servicio militar. De vuelta a las carreteras americanas, pareció dejar de lado el placer de conducir un BMW descapotable, de modo que negoció con un distribuidor de Chrysler en Nueva York. Éste lo adquirió para, después, venderlo por un precio ridículamente bajo desde la perspectiva actual: 4.500 dólares. Lo compró el moderador radiofónico Tommy Charles, que se lo llevó a su ciudad natal, Birmingham, en Alabama.

Para entonces, el coche equipaba un motor Chevrolet de carreras. Meterlo en su vano fue otra historia: obligó a recortar el bastidor frontal. También cambió el eje trasero y la instrumentación fue reemplazada. Pero Charles llegó a ganar una carrera en Daytona Beach (Florida) con él modificado, e incluso se alineó en la parrilla de citas similares antes de venderlo, en 1963.

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Dos cambios más de propietario seguidos y el 507 recaló en California. El ingeniero espacial Jack Castor adquirió el coche en 1968 y lo utilizó para uso diario antes de almacenarlo pensando en una restauración posterior. Apasionado coleccionista de bicicletas históricas, con los años también acumuló una impresionante colección de automóviles clásicos en Half Moon Bay, al sur de San Francisco. Es más, se involucró con varios clubes de clásicos y profundizó en la historia de los vehículos que adquirió.

El 'Santo Grial' en un almacén de calabazas

De hecho, armó un completo expediente de su BMW 507. Leyendo un día un artículo en Bimmer, decidió escribir al autor y contarle sobre su BMW con número de chasis 70079; incluso le invitó a ver el coche en directo.

Sí, había descubierto que era propieatario del coche ganador de Hans Stuck, aunque hasta entonces solo especualaba con la conexión con Elvis. Por el contrario, Jackie Jouret estaba totalmente seguro de lo que se traían entre manos, de modo que acompañó a Castor al almacén de calabazas donde reposaba el viejo 507 junto a otras joyas venerables. "Jack había atado el capó con cuerdas", recuerda el periodista. "Nos llevó algo de tiempo abrir el compartimiento motor para identificar el número estampado del chasis: 70079, el Santo Grial entre los números de BMW", relata.

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Castor ya había recopilado un gran número de piezas cuidadosamente guardadas en cajas pensando en la restauración del roadster. Le faltaba un motor apropiado y el tiempo para cristalizar el proyecto. Lo que vino a continuación sucedió con rapidez. Mientras, Jouret contactó con BMW Group Classic para recabar nueva información acerca de la identidad del místico 507 usado por Elvis en Alemania. Los hechos se confirmaban por instantes.

Cuentan que Castor no estaba interesado en hacer dinero con la fama inesperada de su 507, lo que no impidió fortalecer el contacto con BMW Group Classic. Tras varios años y conversaciones con los expertos de restauración, llegó a un acuerdo: junto a la compra del vehículo por BMW Group Classic fijó una completa restauración conforme a sus desos.

En contenedor al museo, y de allí al taller

En la primavera de 2014, el BMW 507 fue enviado a Alemania en un contenedor junto a las piezas de repuesto recogidas por Castor. Su primera parada en Munich fue el Museo BMW, donde el desvencijado roadster protagonizó la aclamada muestra 'El BMW 507 de Elvis - objetos perdidos'. Por entonces, comenzó la restauración en el taller de BMW Group Classic.

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Como es habitual en proyectos de semejante naturaleza, la fase uno fue de naturaleza destructiva: el vehículo fue completamente desmantelado durante una semana. La carrocería, de aluminio, se separó del conjunto del chasis, que era de chapa de acero. Era la única forma de conservar la mayor cantidad de material original posible. Luego se retiró la pintura con un baño de ácido (para el piso) y otro alcalino (la carrocería). Lo poco que había de motor ya había sido retirado, como los restos del interior.

Muchos componentes tuvieron que ser reconstruidos desde cero por falta de piezas originales. Así que la artesanía tradicional de los 50 se fusionó con procedimientos de alta tecnología. Panel de instrumentos fundido en la base original, tapicería de cuero con el patrón que mostraban las fotografías y catálogos de época... Al rehacer los asientos resultó posible mantener su bastidor de acero, una vez liberado de óxido y antes de volver a cubrirlo con una estera de goma de coco, como en el coche original. Sobre todo ello se superponían capas de lino para hacer los asientos lo más cómodos posible.

Elevalunas y tiradores de las puertas fueron recreados con impresión en 3D, conforme a las dimensiones originales. Por el contrario, la junta de goma de la tapa del depósito se reprodujo por un procedimiento convencional.

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El motor (un 3.2 V8 de 150 CV que Elvis había pedido en vez del original) fue completamente reconstruido con piezas de repuesto, reacondicionado según las especificaciones originales, aunque no recibió un número identificativo por su inusual combinación de componentes antiguos y nuevos. El soporte frontal del bastidor, antaño recortado, fue reproducido en su geometría original e integrado en el conjunto del chasis, como el listón de madera para fijar la capota, según se hacía a mediados del pasado siglo, o el proceso completo de pintado.

La reconstrucción del V8 y el uso de piezas originales, los procedimientos de producción, la selección de la pintura... Todo ajustado a lo definido por Jack Castor, que desde el principio quiso devolver al roadster su condición original y colmar su aspiración de ver el 507 a través de los ojos del Rey. Algo que no pudo ser, pues falleció con 77 años en noviembre de 2014. Ahora, el 507 resurgirá en Pebble Beach como el automóvil de Elvis, el legado de Castor y la obra maestra de BMW Group Classic.

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